El veto de Iglesias a C’s deja en el aire un pacto con Sánchez
El líder del PSOE rechaza el ultimátum para elegir entre la izquierda y Ciudadanos Podemos plantea un referéndum en toda España para orientar una reforma
El primer encuentro entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se desarrolló en un clima cordial, pero sin acercamiento. El líder de Podemos fue inflexible en su veto a Ciudadanos para abrir una negociación con los socialistas. Sánchez rechazó esta exclusión y, de hecho, las delegaciones del PSOE y Ciudadanos empezaron a trabajar ayer en medidas concretas para un acuerdo. Pese al alejamiento, Iglesias se mostró comedido en las formas en su comparecencia de ayer, a diferencia de días pasados. Incluso suavizó su condición de un referéndum en Catalunya para hablar de una consulta previa en toda España sobre el alcance de una reforma constitucional.
O con nosotros o con “las derechas”. Pablo Iglesias trató ayer de forzar la mano a Pedro Sánchez para que se decante por su oferta de Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos, pero el socialista rechazó una propuesta que tachó de “exclusiva y excluyente”, y advirtió que él seguirá hablando con todos los partidos que pueden sumar apoyos para su posible investidura con el fin último de que no gobierne el PP.
En el primer encuentro entre ambos con vistas a la investidura de Sánchez, Iglesias supeditó la apertura misma de la negociación en sí, e incluso el nombramiento del equipo negociador de Podemos, a que el líder del PSOE elija al partido morado –así como a sus aliados territoriales y a IU– y por tanto descarte pactar con Ciudadanos. Para el dirigente de Podemos, pactar con C’s es pactar “con el PP en diferido”.
En contraste con lo que luego dijo Sánchez, Iglesias se mostró confiado “de corazón” en que el líder del PSOE optará por “un Gobierno de cambio y de progreso” y dio por hecho que anunciaría hoy la decisión. Pero dejó claro que Podemos votará no a todo planteamiento que no sea este. Porque las únicas opciones “serias” son la suya o la “gran coalición”, subrayó.
Llamó la atención el tono conci- liador que Iglesias utilizó tras el encuentro, del que destacó el ambiente “cordial” pese a la evidencia del encallamiento con que se saldó. Dijo que, si bien hay discrepancias mutuas, eso es “lo normal” entre formaciones diferentes. Y en relación con uno de los asuntos más espinosos por negociar, el conflicto catalán, se mostró más moderado que nunca. Así, Iglesias suavizó definitivamente su condición de referéndum sobre Catalunya, que ahora plantea más bien como dos consultas por el artículo 92 de la Constitución (sobre referendos consultivos no vinculantes para asuntos de gran relevancia): una para todos los españoles sobre si apoyan una reforma constitucional que abra la vía a soluciones soberanistas, y otra con la misma base legal sobre la relación que los catalanes quieren con el resto del Estado.
Iglesias prometió “lealtad” a Sánchez si, como propone, asume la presidencia y le nombra a él vicepresidente. El dirigente de Podemos dedicó por otra parte espontáneos elogios a la líder de Compromís, Mónica Oltra –por sus “buenos consejos” de negociación–, justamente cuando la negativa del propio Iglesias a entrar en conversaciones con Sánchez contrasta con las que sí están dispuestos a mante-
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