Razón y sensibilidad
Benjamin Alard, clavecín Lugar y fecha: Palau 100. Palau de la Música Catalana (2/II/2016)
En la segunda de estas presentaciones bachianas en el Petit Palau –el día anterior tocó suites y partitas– Benjamin Alard programó las Variaciones
Goldberg. El año próximo ha de completar su proyecto Bach en esta casa con El arte
de la fuga.
Una obra de arte se puede ver desde distintas perspectivas, y en cada ocasión descubriendo cosas nuevas si hay la suficiente capacidad de reflexión en el espectador. Lo mismo que con un cuadro pasa con las Variaciones Goldberg de Juan Sebastian Bach –quien esta primavera anticipada se acerca a paso decidido a Barcelona.
Las Golberg mantienen intactos sus enigmas de concepción y objetivos, salvo en lo que es claramente manifiesto que concierne al arte de la “variación”. Que se toque en el actual pianoforte o en el original clavecín del barroco aporta en cada caso gratas sugerencias, que en ocasión de esta distinguida versión que hace Benjamin Alard se incrementan con la búsqueda y la percepción del sonido original. Indudablemente las treinta variaciones y las arias de comienzo y final están pensadas para el clavecín y con indicaciones específicas de acuerdo a sus posibilidades. Y Alard hizo este trayecto con un discurso muy elegante, no de amabilidad cortesana ni amaneramiento, sino redondeando la frase y el sonido, buscando un tempo adecuado a la expresión, cantabile al comienzo y con marcados acentos casi de swing, o contrastes en los cerrados arpegios del final.
Las exposiciones de Alard son pausadas, siempre respetando la voluntad temática que anida en todas las variaciones. Sus lecturas de cánones y fugados expresan la polifonía con toda claridad y una gran musicalidad especialmente en los últimos números. La capacidad de ornamentación en las diferentes modalidades del barroco dieron mayor relieve a la interpretación, y, al avanzar la versión, pensaba en lo magnífico de este proyecto del joven clavecinista de enfrentarse sistemáticamente a toda la obra de Bach en esta etapa de su vida. Debe de ser muy halagador comenzar cada mañana con este trabajo.
Estas Goldberg dejaron una sensación de regularidad racional, junto a una vertiente más sensible como es el diálogo consigo mismo, y por fin el componente expresivo, variado, dinámico y cautivador.