El Euribor, referencia en los créditos hipotecarios, cae a tipos negativos
El indicador cierra en -0,002%, por primera vez en la historia por debajo de cero
El Euribor ya está en negativo. Una noticia muy mala para la banca –sobre todo tras las sentencias que les impiden aplicar las cláusulas suelo en los créditos hipotecarios– y excelente para todos aquellos que tienen sus préstamos referenciados a este tipo de interés. Sus cuotas mensuales, tras sumarles el diferencial que tengan firmado, se reducirán a la mínima expresión en la parte que se refiere a los intereses. Ayer, el Euribor a un año cayó al -0,002%, lo nunca visto antes, como una consecuencia más de la política monetaria que se sigue en la capital del euro. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), y su consejo pretenden provocar que el dinero les queme en las manos a las entidades financieras del euro en un intento desesperado de provocar más inversión, más consumo –más crecimiento, en suma– y un poco de inflación.
Por eso, los tipos de interés del BCE están en el 0,05% desde septiembre del 2014 y por eso el guardián del euro, el BCE, incrementó hasta el -0,30% anual la tasa de depósito que cobra a los bancos que depositan su dinero en la ventanilla de la institución en Frankfurt. Se trata de tipos aún más disuasorios –ya estaban en cero en junio del 2012 y entraron en terreno negativo (-0,1%) dos años después–, que se justifican ante el panorama que viven los bancos. La gran recesión y múltiples impagos y quiebras dañaron la confianza en las empre- sas, la crisis de la deuda extendió los temores sobre los bonos soberanos y los bancos, durante años, corrían al BCE a buscar hacer un negocio de márgenes relativamente bajos pero de mucho volumen, lo que les ayudó a arreglar muchas cuentas de resultados en los años pasados.
Sin embargo, tres años después, la situación no se ha aclarado y el declive de los tipos oficiales ha acabado por llevar también a tasas negativas al Euribor, que es el que se aplican los bancos entre sí. En los plazos más cortos, el tipo de referencia de las hipotecas ya estaba en negativo y ayer ocurrió lo propio con el de un año. En consecuencia, todos los que tengan préstamos referenciados a este tipo de interés se beneficiarán de la caída cuando les toque realizar la revisión, muchas veces anual pero también con plazos más cortos. Empresas, consumidores e instituciones públicas verán incrementarse, aunque sea mínimamente, su renta disponible.
Este hecho, que ya se viene produciendo en los últimos años, es una de las causas –junto con la caída del paro– que explica el buen ritmo de las amortizaciones de créditos de los deudores en España. Las familias, por ejemplo, se han desendeudado en al- rededor de 200.000 millones de euros desde el pico alcanzado a finales del 2008 –ahora deben unos 700.000 millones– y el proceso continuará este año a pesar del crecimiento de la producción de nuevos préstamos en el 2015 y el que se espera para el 2016. Algo parecido sucede con la deuda empresarial en España, que superó por poco el billón de euros a principios del 2009 y que podría haber cerrado el 2015 en el umbral de los 600.000 millones de euros.
Los endeudados verán reducir más sus cuotas, mientras los bancos perderán ingresos Con la promesa de bajos tipos del BCE al menos dos años, el Euribor seguirá su descenso
Obviamente, la otra cara de la moneda del dinero barato y el desapalancamiento de familias y empresas –no así de las administraciones públicas– es la que tienen que afrontar los bancos. Sus márgenes de intereses, los que reflejan la esencia (teórica) del negocio financiero están destrozados, no tanto por lo que se refiere a los créditos nuevos, que juegan con diferenciales elevados, como en relación con el rendimiento de su cartera crediticia viva. Esto, junto con la morosidad derivada de la crisis, es lo que ha castigado más la rentabilidad de los bancos. En el 2007 los bancos ganaron casi 19.000 millones en España y, pese al enorme esfuerzo en provisiones vivido desde entonces y a los miles de millones de nuevo capital inyectado, el beneficio del 2015 se quedó por debajo de los 11.500 millones.
Las perspectivas apuntan a que el Euribor seguirá cayendo. El BCE está lejos de subir los tipos de interés del dinero –de hecho, en diciembre anunció que extendería seis meses más, hasta marzo del 2017, su programa de compra de bonos– y es probable que incremente los intereses negativos de los tipos de depósito. En Japón, el paraíso del estancamiento económico en las últimas décadas, su banco central empezará a remunerar con el 0,1% los tipos de depósito a partir del 16 de febrero. En teoría, Estados Unidos, que en diciembre subió un cuarto de punto los tipos de interés por primera vez en nueve años, estaba previsto que la Fed aplicara tres o cuatro subidas más este año. Pero probablemente no lo hará. Y Europa tendrá tipos mínimos durante mucho tiempo.