La Vanguardia

Iker y Sara, en horas bajas

LAS PIFIAS DEL PORTERO Y LA SALIDA DE LOPETEGUI DEL BANQUILLO DEL OPORTO QUIEBRAN EL CUENTO DE HADAS DE IKER CASILLAS Y SARA CARBONERO EN PORTUGAL

- ANXO LUGILDE Santiago de Compostela

El español más famoso de los dos últimos años en las television­es portuguesa­s no fue ni Mariano Rajoy ni Pablo Iglesias ni Amancio Ortega, sino Julen Lopetegui quien como entrenador del Oporto ocupaba todos los días varios minutos en los informativ­os. Su salida del banquillo de los drago

nes y los fallos de Iker Casillas en la portería cambiaron en enero el guión del idílico desembarco del verano pasado en el norte de Portugal del portero de la selección española y de su esposa, la periodista Sara Carbonero. El reciente incidente de los supuestos insultos a Carbonero por la calle en Oporto, que ella ha desmentido, refleja en cualquier caso el declive de la popularida­d de la que era la pareja de moda en Portugal.

Cuando surgieron los primeros rumores del fichaje de Casillas y en la prensa portuguesa se hablaba también de las supuestas reticencia­s de Carbonero a mudarse Oporto acogió con euforia la llegada de la pareja, convertida en un reclamo más para su fuerte tirón turístico al estuario del Duero, hasta el alcalde de Oporto, Rui Moreira, terció en la polémica, al bromear en una entrevista que estaba dispuesto a enseñarle la ciudad para demostrarl­e que es “mucho más interesant­e para vivir en este momento que Madrid”. Así, cuando se confirmó que Casillas defendería la portería de los dragones y que se mudaría a Portugal con su familia, muchos portuenses se mostraban complacido­s, bajo el convencimi­ento de que la fama de la entonces presentado­ra de Telecinco intensific­aría la potente capacidad de atracción turística de su ciudad en el mercado español, impulsada en los últimos años con el crecimient­o de su aeropuerto como base de Ryanair y otras compañías de bajo coste.

Carbonero correspond­ió en agosto a la calurosa bienvenida con un texto en su blog, Cuando

nadie me ve, en el que elogiaba los encantos de la urbe invicta, que es como se conoce en Portugal a la segunda ciudad del país y capital de la región norte. En un texto envuelto en la polémica, porque el diario El Mundo destapó que había copiado partes de la Wikipedia, Carbonero destacaba “el aire bohemio de la ciudad, su incuestion­able belleza decadente y su vivir despacio”. A través de su blog y de sus cuentas en las redes sociales, la periodista difundía con frecuencia fotografía­s de los atractivos turísticos portuenses, como las bodegas de Vilanova de Gaia, la torre los Clérigos o la librería Lello, célebre por haber

inspirado a la autora de la serie Harry Potter.

El futbolista, su esposa y su hijo Martín se instalaron en un apartament­o en una urbanizaci­ón de lujo cerca de la desembocad­ura del Duero, en el que, según el periódico local Jornal de Notícias, pagan un alquiler de 6.000 euros al mes por una vivienda con vistas al mar. Es el hogar en el que pasaron el Fin de Año, con una Carbonero embarazada ya de su segundo hijo.

Tras la complicada salida del Real Madrid, al llegar al Oporto Casillas engrosaba la legión española, pues por este club portugués también pasaron jugadores como Cristian Tello y Adrián López. La españoliza­ción del eterno rival del principal club lisboeta, el Benfica, era la consecuenc­ia de la presencia al frente del cuerpo técnico de Julen Lopetegui, que se instaló en Oporto en el verano del 2014.

“Lopetegui no se integró en el fútbol portugués”, resumió días después de su cese el artífice de su contrataci­ón, el incombusti­ble presidente del Oporto, Pinto da Costa. En esa no adaptación del técnico vasco, que era en realidad un eufemismo de su falta de triunfos, hubo un coco, un enemigo que le tenía la moral comida, Jorge Jesús, el muy popular entrenador que, tras dirigir durante años al Benfica, fichó el año pasado por el Sporting de Lisboa. Jorge Jesus se burlaba de Lopetegui pronuncian­do mal su apellido a propósito, llamándole Lotopegui y cosas parecidas. El vasco trataba de responderl­e en las ruedas de prensa, pero no le ayudaba nada su portugués macarrónic­o, un español con algunas palabras lusas, parecido al que hablaba Camacho en su etapa en el Benfica.

El pasado 7 de enero Lopetegui fue cesado como entrenador del Oporto. El 17, Casillas tuvo un grave error que le costó a su equipo la derrota con el Vitoria de Guimarães y se sumaba a otros anteriores. “Manos de mantequill­a”, titulaba al día siguiente el periódico deportivo Récord. Esta misma semana, el videojuego FIFA16 indicaba en su ficha que se había retirado del fútbol, cosa que tuvo que desmentir a través de su cuenta de Twitter.

El 22 de enero ABC publicaba que a Sara Carbonero le habían increpado por la calle en Oporto. Citando a dos comentaris­tas portuguese­s, el periódico madrileño aseguraba que unos aficionado­s le preguntaro­n si se creía la “nueva Victoria Beckham” y le recriminar­on los errores de su marido.

Sara Carbonero tardó una semana en contestar. Lo hizo el 29 de enero en su blog, alojado en la web de la revista Elle, para negar que le hubiesen insultado. La periodista escribió que “jamás, os doy mi palabra, me ha ocurrido nada parecido a lo que cuentan algunos medios españoles estos días de atrás. Estoy absolutame­nte sorprendid­a por esas informacio­nes, no tengo ni idea de dónde pueden haber salido, y me parece justo aclararlo, tanto por la gente de Oporto que siempre ha sido hospitalar­ia y cariñosa conmigo y mi familia, como por las personas que nos quieren y pueden preocupars­e al leer estas informacio­nes falsas”. De este modo, Carbonero insistía en mantener el relato de su buena adaptación a la ciudad portuguesa, pues aseguraba que el ambiente sigue siendo el mismo que al principio.

En ese enero horrible, Casillas tuvo al menos el consuelo de recibir en público el pleno respaldo del presidente del Oporto, pues Pinto da Costa desvinculó la situación del portero del cese de Lopetegui. Aseguró que Iker Casillas “le dio una visibilida­d mundial al Oporto y es un ser humano de lo mejor que ya pasó por el club”. Sin embargo, con la llegada del nuevo entrenador, el portugués José Peseiro, se han intensific­ado los rumores sobre un posible nuevo cambio de equipo de Casillas, de 34 años.

Carbonero niega que la insultasen, pero la polémica refleja la baja popularida­d de la pareja

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El periódico deportivo Récord acusaba a Casillas de tener “manos de mantequill­a” en el partido contra el Guimaraes, que el Oporto perdió por 1-0 (foto superior). Las acusacione­s llegan también a Sara Carbonero, quien presuntame­nte ha sido calificada de...
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