El MNAC recupera el pulso
Santi Vila apoya el aumento de dinero para las muestras
REIVINDICAR A GALA
El MNAC dedicará en el 2018 una prometedora exposición a Gala, colaboradora y esposa de Dalí
APepe Serra le gusta comparar el estado del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) con el potencial físico de un atleta. En los últimos cuatro años, dice el director, el museo se ha sometido a un intenso programa de entrenamiento, está más delgado, ni un gramo de grasa, y ha ganado músculo, tiene ganas, ambición y sobre todo se encuentra pletórico de forma, listo para la carrera. Y el pistoletazo de salida se lo acaba de dar el nuevo conseller de Cultura, Santi Vila, en forma de inyección presupuestaria. La programación de la temporada 2016 contará con 1.100.000 euros, 400.000 más que en el 2015 (un 57% de incremento), una dotación que, aún sin ser del todo óptima, le permite ya empezar a planificar a largo plazo, avanzar proyectos a tres años vista y cerrar acuerdos con otros museos. El MNAC levanta el vuelo.
Ayer, durante la presentación del programa del 2016, los responsables del museo se mostraban moderadamente optimistas por el tono “positivo y comprometido, más allá de lo política- mente correcto”, del nuevo conseller de Cultura. Y para refrendar su apoyo al proyecto fue el propio Santi Vila quien, por sorpresa, acudió al encuentro con la prensa. La Generalitat no ha aprobado los presupuestos y “el escenario más probable es que se prorroguen los del 2015”, admitió Vila, pero aun así ha dado luz verde al aumento de la dotación del museo –“el buque insignia del arte catalán”– para que pueda ejer- cer su liderazgo y llevar a cabo una programación que, opinó, marcará un punto de inflexión en su trayectoria.
Pero no sólo eso. El conseller parece también decidido a desencallar un tema esencial para la vida futura del museo, como es su ampliación a uno de los pabellones de Fira Barcelona –el de Victòria Eugènia o el de Alfonso XIII– y que formaba parte de un proyecto mucho más amplio, el de la Explanada de los Museus,
El museo acogerá en el 2018 una gran exposición sobre Dalí, a partir de la figura de Gala
encallado en su propia ambición. “Se ha pecado de un exceso de ambición –admitió–, pero si se redimensiona el proyecto”, la primera fase de este MNAC expandido que se acercará a la ciudad con su colección de arte moderno será una realidad cercana “que podremos anunciar en unas pocas semanas: las conversaciones que, discretamente, estamos teniendo con el Ayuntamiento así me lo hacen pensar”. “Alguien tiene que contar la historia del arte catalán del siglo XX y la ha de contar bien”.
Vila confiesa que no ha podido recuperar la retrospectiva que el
MoMA dedica a Joaquim Torres-García, que se presentará en la Fundación Telefónica de Madrid y el Museo Picasso de Málaga, pero no en el MNAC, que aunque prestó obras no ha podido exhibirla por falta de presupuesto. Sin embargo, está dispuesto a poner las bases para que algo así no vuelva a suceder. “No buscamos colas delante del museo, no es esa nuestra misión”, señala por su parte Pepe Serra, que defiende un tipo de exposiciones no basadas en los grandes nombres o en su capacidad para atraer masas, sino en su relevancia intelectual, su nivel de exigencia y su rigor científico, su capacidad para generar nuevos relatos en torno a sus propias colecciones.
El MNAC sigue fiel a la línea de trabajo ya consolidada en los últimos años, pero gana en singulari- dad y atractivo. Prueba de ello es la programación de este 2016, con un Picasso invitado en las salas del románico, coproducciones con el Museo del Prado y el Museo de Bellas Artes de Bilbao para una retrospectiva de Divino Morales, el rescate de figuras olvidadas como la pintora modernista Lluïsa Vidal o Ismael Smith, la revisión de un Ramon Casas lúdico y bohemio, a través de su vinculación con expresiones de la cultura popular como las sombras chinescas o el teatro de marionetas, o la presentación de importantes incorporaciones a sus colecciones de arte medieval y Renacimiento fruto de la donación de Antonio Gallardo Ballart (véase la información adjunta).
Pepe Serra insiste: “No queremos competir en la feria de las exposiciones espectáculo” basadas únicamente en los artistas imán, sino que cada proyecto ha de tener su razón de ser y su originalidad. Por ejemplo, en el 2018 el MNAC acogerá por fin la figura de Dalí, pero desde un punto de vista nunca explorado hasta ahora como es la figura de Gala. Una exposición realizada en colaboración con la Fundació Gala-Salvador Dalí, con Estrella de Diego como comisaria, y que sin duda atraerá la mirada del mundo del arte internacional. No será la única. Ese mismo año, y en colaboración con el Museo del Prado, dedicará a una monográfica al pintor boloñés Annibale Carracci, de quien conserva algunos de los lienzos –el resto se encuentran en la pinacoteca madrileña– realizados para la capilla de la malograda iglesia de Santiago de los Españoles de Roma.
Para los próximos dos años están previstas también exposiciones sobre el Arts & Crafts, movimiento de finales del siglo XIX que tuvo a William Morris como principal adalid; sendas monográ- ficas dedicadas a la pintora polaca Mela Mutter, que visitó Barcelona en 1911 y objeto de una reciente recuperación en la nueva presentación de la colección de arte moderno, y Pere Torné Esquius. Asimismo, el museo abrirá una nueva línea de exposiciones temáticas, en colaboración con museos internacionales, en torno a cuestiones como la revolución, el grafiti o la cultura y el poder.
Por otra parte, a propósito del conflicto de los bienes de Sijena, Santi Vila confió en su pronta resolución, para lo cual, dijo, se ha abierto una línea de diálogo con el Gobierno aragonés.