Rajoy pide al PP que no caiga en la “histeria” tras otro arresto en Valencia
La juez abre una nueva causa contra el ex número dos de Rita Barberá por cohecho
Nunca había Rajoy hablado tanto de corrupción en un comité ejecutivo del PP. Lo dicen los propios dirigentes populares que ayer llegaron a la reunión de la dirección con una nueva operación policial en Valencia, y en el orden del día la constitución de dos gestoras en Valencia ciudad y en la comunidad de Madrid, ambas por la misma causa.
Mucho tiempo dedicado a la corrupción, pero sin mucho nuevo que ofrecer más allá de la impotencia de no poder hacer más y llamar al PP a mantener la calma sobre los casos que les atenazan. La frase con la que Mariano Rajoy quiso calmar a su partido va dirigida a pedir tranquilidad, pero también a decir que este problema no es sólo del PP, por muchos que otros partidos quieran circunscribir el problema a los populares para así justificar sus políticas de pactos: “No vamos a actuar movidos por la histeria ni por las exigencias de quien no está en condiciones de darnos lecciones”, dijo Rajoy en clara alusión al PSOE.
Mariano Rajoy reconoció que la corrupción está siendo letal, pero se lamentó de que esté sir- viendo para tapar las cosas buenas que ha hecho el Gobierno del PP en esta legislatura. El presidente del PP justificó su actuación firme ante los casos de corrupción, con la suspensión de militancia de las personas involucradas y hasta con la formación de gestoras, que es la medida más dura que un partido puede tomar, “¿Qué más se puede hacer?”, dijo.
Es más, subrayó ante sus dirigentes que la reglamentación interna del PP exige la suspensión de militancia en el momento de la apertura del juicio oral, y sin embargo se ha suspendido de militancia cuando se ha abierto una investigación, lo que a su juicio puede llegar a ser injusto con la persona afectada, como le ha pasado al actual ministro de Industria, cinco años imputado y que se demostró que no había hecho nada, o las 9 denuncias que ha soportado el presidente del PP de Murcia.
No obstante, Rajoy aseguró que seguirá trabajando con contun- dencia contra los casos de corrupción, pero sin actuar desde la histeria.
Una intervención, la de Rajoy, que dejó tan convencidos a los dirigentes populares que nadie tomó la palabra. “¿Para qué, si estamos de acuerdo?”, se justificaba un presidente regional del PP.
Fuera de la reunión sí hablaron. El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, subrayaba: “Tenemos que atajar la corrupción”, que ya ha afectado a su partido electoralmente, y para ello reiteró su propuesta de creación de un grupo de sabios independientes que propongan las medidas necesarias para luchar contra la corrupción.
También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, clamaba porque “quien haya cometido un delito en el PP que lo detengan” y que la justicia actúe con contundencia. Y la vicesecretaria de estudios y programas, Andrea Levy, defendió una lucha “implacable contra la corrupción”.
Hasta el punto de que Pablo Casado, en la rueda de prensa posterior a la reunión, y refiriéndose a Rita Barberá, invitó a “cada uno a que haga un ejercicio de reflexión y vea si aporta o no algo al partido. Hay vida después de la política.
El resto de la reunión del comité Ejecutivo estuvo dedicada a los pactos de investidura. Rajoy calificó de “actos propagandísticos” todos los movimientos de Pedro Sánchez para conseguir su investidura y aseguró que si Sánchez fracasa, volverá a ponerse en contacto con todos los partidos para ofrecer de nuevo su documento con los grandes cinco pactos que ya ha ofrecido, para tratar de sumar votos a una posible investidura posterior a la de Sánchez.
Rajoy sólo ve actos propagandísticos en las negociaciones de Sánchez para su sesión de investidura