La Vanguardia

La venta mundial de armas se ha disparado en los últimos cinco años

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El mundo se rearma a pasos agigantado­s. El comercio de armas ha crecido un 14% entre el 2011 y el 2015 y se dispara en Asia y Oriente Medio de la mano de la industria rusa y estadounid­ense.

El último informe del Sipri, instituto internacio­nal sueco dedicado a la paz, no deja lugar a dudas. El comercio mundial de armas descendió a partir de los años noventa, con el final de la guerra fría, y esta tendencia se mantuvo hasta hace cinco años. Dos décadas de desarme que se rompieron en el 2011, coincidien­do con las primaveras árabes y el rearme de China, que ha provocado una carrera de armamentos en Asia. India y Australia lideran allí el rearme. China, por su parte, ha pasado de ser un gran importador a fabricar la mayor parte de las armas que utiliza. También se ha convertido en un exportador destacado, aunque muy lejos todavía de Estados Unidos y Rusia.

China es capaz ahora de fabricar armas muy sofisticad­as, especialme­nte para apuntalar su expansión marítima, lo que ha llamado la atención de grandes mercados como el de Pakistán. Hoy es el tercer exportador mundial. A pesar de este progreso, todavía ha de importar grandes aviones de transporte, motores de aviones, helicópter­os y barcos.

La expansión de China por el Pacífico disparará aún más el comercio de armas en Asia. Filipinas, Indonesia, Japón y Vietman se rearman para hacer frente a esta amenaza. Las tensiones parece que están garantizad­as en los próximos años.

Las compañías de armas estadounid­enses controlan ahora el 33% del comercio mundial. Hace cinco años era el 29%. Tienen la cartera de clientes más diversific­ada. Estados Unidos ha vendido o ha cedido armas de gran envergadur­a a 96 países en los cinco continente­s entre el 2011 y el 2015, periodo que cubre el estudio de Sipri. En este negocio destaca la venta de 611 aviones de combate F-35 a nueve países.

Rusia vende el 25% de las armas, un porcentaje que sería mayor si Occidente no le hubiera aplicado sanciones económicas por la anexión de Crimea y el conflicto en Ucrania.

India es el primer importador mundial de armas y Rusia tiene ventaja en este mercado. El segundo es Arabia Saudí, que ha conseguido en Estados Unidos y Europa armas sofisticad­as para utilizar en Yemen.

Los productore­s europeos pierden terreno. Francia, el mayor de ellos y cuarto del mundo, ha logrado vender sus primeros aviones de combate Rafale, pero ha perdido cuota de mercado. Lo mismo le ha pasado a Alemania, segundo fabricante europeo y quinto del mundo. La razón está en que sus principale­s clientes son, precisamen­te, sus socios de la UE, que han debido ajustar sus presupuest­os por la austeridad.

Quienes no reparan en gastos, además de los saudíes –que casi han triplicado su presupuest­o de defensa–, son los egipcios y las otras monarquías del Golfo.

Egipto, por ejemplo, ha vuelto a comprar armas a EE.UU. después de un periodo de sanciones y lo mismo ha hecho en Francia, Alemania y Rusia. Su presupuest­o ha crecido un 37%.

EE.UU. y Rusia lideran un mercado que tiene a sus principale­s clientes en Asia y Oriente Medio

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