Los usuarios optan por el coche para esquivar el metro
El tráfico fue un 9% superior al de un día normal en hora punta en vías como la ronda de Dalt mientras el suburbano iba al 50%
Los usuarios habituales del transporte público, concretamente del metro, tuvieron miedo de que los servicios mínimos fueran insuficientes y no confiaron en él. Optaron por utilizar el coche privado. Eso provocó un importante incremento del tráfico rodado, en especial en las horas punta. Las primeras estimaciones del Ayuntamiento de Barcelona señalan que ayer hubo un incremento de la movilidad de entre el 3% y el 9% en las vías más concurridas, como la ronda de Dalt, que entre las 8 y casi las 10 se convirtió en una trampa para los conductores.
Se produjo la paradoja de que, ante la gran previsión de los usuarios que decidieron esquivar el metro, el suburbano estuvo en algunos tramos menos concurrido que un día laboral cualquiera. “He salido casi una hora antes de casa para asegurarme de llegar a tiempo al trabajo y el resultado ha sido que he llegado a mi oficina 45 minutos antes”, explica Susana, una administrativa que vive en Sagrada Família y se desplaza en metro hasta la parada de Gorg.
No todos tuvieron la misma suerte. De hecho, y ante el temor de que algunas estaciones pudieran quedar colapsadas, TMB cerró una veintena de accesos, aunque dejó todas las paradas en servicio. Durante las horas punta, los servicios mínimos decretados por la Generalitat eran del 50% de los convoyes habituales y del 30% fuera de las horas puntas de la mañana y de la tarde.
De hecho, ayer se produjo cierta tirantez entre el Ayuntamiento de Barcelona y el Departament de Treball, que es el que fija los servicios mínimos, a propósito de si eran suficientes o inadecuados. La concejal de Movilidad y presiden- ta de TMB, Mercedes Vidal, dijo que no eran los apropiados para prestar un servicio adecuado a la ciudad.
TMB había pedido unos servicios mínimos superiores a los decretados al final por la autoridad laboral. Con el particular comportamiento que tuvo ayer el usuario habitual del metro, que tuvo la previsión de evitarlo, una ampliación en la frecuencia de paso de los convoyes hubiera tenido un impacto muy limitado. Porque el coche se impuso entre la ciudadanía de a pie como medida alternativa al suburbano.
Las rondas y los entornos de la
LLUVIA SOBRE MOJADO
REFUERZO SOBRE RAÍLES
plaza Espanya fueron ayer las áreas más afectadas por el colapso de tráfico. Jordi, un conductor particular, recogía ayer por la mañana sobre las ocho a una clienta en la zona de la calle Mandri y se quedó prácticamente parado durante unos 20 minutos. “No recordaba nada igual en muchos años. Encima han caído cuatro gotas y en la ronda de Dalt se han producido varios accidentes”, explicaba con gran excitación este veterano chófer con años de experiencia.
Jordi estaba en lo cierto. A las complicaciones de una jornada de huelga en el transporte público, en las vías rápidas de circunvalación de la ciudad se produjeron en hora punta tres averías y un accidente, según confirmaron fuentes del Ayuntamiento de Barcelona.
Desde la plaza Espanya, después de que algunos congresistas del MWC llegaran a pie por recomendación de los hoteles donde estaban hospedados, salieron continuos enlaces de los FGC hacia la Fira Gran Via. La compañía ferroviaria de la Generalitat explicó ayer que hasta las 19.00 horas se produjo un incremento de usuarios del 83% sobre un día habitual, aunque resultó un cifra inferior a la del año pasado pues, aunque con una grave alteración de frecuencias, esta año ya se podía llegar allí en metro.
Hubo también quien evitó problemas, entrando en la ciudad el domingo por la noche, como Oriol, de 19 años y estudiante de Ingeniería de la Energía. “Me he quedado a dormir en casa de un tío mío y así me aseguraba llegar bien a la universidad”, explicó.
Tres averías y un accidente en las rondas complicaron más la jornada matinal
Ferrocarrils de la Generalitat puso más convoyes para conectar con la Fira