Vidas truncadas
La Guerra Civil y el exilio interrumpieron carreras artísticas prometedoras
Los artistas que participaron en la exposición logicofobista de 1936 forman parte de una generación truncada por la Guerra Civil. Obras perdidas, vidas rotas y circunstancias dramáticas configuran sus biografías.
Josep Viola (1916-1987).
En la primavera de 1936, con sólo veinte años, Viola se encuentra en Barcelona estudiando Filosofía y Letras. Amigo de Remedios Varo, Esteve Francès y Magí Cassanyes. Es el teórico de los logicofobistas. Tras militar en el POUM, se exilia y participa en la resistencia contra los nazis en Francia. Es allí donde cambia su nombre por Manuel Viola y donde empieza a pintar. De vuelta a España se integra en el grupo El Paso.
Leandre Cristòfol (1908-1998).
Aprendió el oficio de carpintero y fue autodidacta como escultor. Al final de la Guerra Civil escondió sus obras en un corral de Os de Balaguer, su pueblo natal, y se fue al exilio. Pasó por un campo de concentración y estuvo en África. Al volver la mayoría de las piezas estaban destruidas.
Antoni G. Lamolla (1910-1981).
Compañero inseparable de Cristòfol, antes de 1936 ya había expuesto en Madrid. Comprometido con el POUM, se fue también al exilio y se quedó en Francia. Antes de la guerra envió unas obras a Tenerife y se perdieron en el trayecto. Reaparecieron a finales de los años 40 en Andalucía.
Nadia Sokolova (1895-1974).
Hija de una bailarina de los Ballets Rusos de Diaghilev, se introdujo en los círculos artísticos de Barcelona como poetisa. Tuvo como mentor a Carles Sindreu. Su pintura ya había sido expuesta en la joyería Roca de Barcelona. Después de la exposición logicofobista dejó Barcelona y se instaló en Estados Unidos, donde se casó y se pierde su pista.
Àngel Planells (1901-1989).
Nacido en Cadaqués, conoció desde joven a Dalí, que lo apoyó en ciertos momentos. Un mes después de la muestra logicofobista, colgó tres obras en la exposición internacional del Surrealismo en Londres, pero tras la guerra se vio obligado a pintar paisajes realistas, con pseudónimos, para ganarse la vida y se alejó del surrealismo.
Esteve Francès (1913-1976).
Nacido en Portbou, hijo de una familia numerosa de padre aduanero. Durante la guerra se alistó en el ejército, pero lo abandonó cuando supo que su gran amor, Remedios Varo, se había prendado de Benjamin Péret. Inventó el cadavre-collage. Participó en el Pabellón de la República en París. En 1940 se instala en México y posteriormente en Estados Unidos, donde al darse cuenta de que no se valora el surrealismo deja la pintura. Tras regresar a Barcelona falleció de improviso en un hotel.
Remedios Varo (1908-1963).
Una de las personalidades más subyugantes. Nacida en Anglès, donde trabajaba su padre como ingeniero, estudió Bellas Artes en Madrid, pero se instaló en Barcelona con su marido . Abandonó Catalunya con el poeta Benjamin Péret, con el que viajará a Francia y luego a México huyendo de los nazis. Pese a las dificultades proseguirá su carrera artística y mantendrá amistad con Frida Kahlo, Diego Rivera y Leonora Carrington.
A. Gamboa González-Rothwoss (1906-?).
Había nacido en Sabadell. Formado en París por el pintor André Lothe, de vuelta a Barcelona se acerca a Adlan y cambia el paisajismo por una pintura surreal. Tas la guerra se le pierde el rastro como pintor.
Maruja Mallo (1902-1995).
Compañera de Dalí en la Academia de San Fernando, conectó con los nombres importantes de la Residencia de Estudiantes. Es una de las pintoras más reconocidas de su época y envió dos obras desde Madrid. Mallo ya había mostrado su obra en París y uno de sus cuadros había sido adquirido por André Breton. Tras la guerra huye a Portugal y Argentina. No regresó del exilio hasta 1961.
Salvador Ortiga.
Diseñó el cartel de la exposición. Era un joven dibujante y pintor, muy amigo de Antoni Clavé y del que se conserva muy poca obra. Su sobrino, el periodista Joaquim M. Puyal i Ortiga, recuerda a Clavé emocionado hablando de Ortiga. Apresado por los franquistas, murió de tifus en un campo de prisioneros tras la guerra.