La Vanguardia

“No me importa nada lo que piense el público”

Jennifer Lawrence, actriz, candidata al Os car por‘ Jo y’

- GABRIEL LERMAN

Llegará al Dolby Theater el domingo sabiendo que, muy probableme­nte, esa noche el Oscar tiene el nombre y apellido de Brie Larson, pero a quien se ha llevado su hasta ahora única estatuilla con El lado bueno de las cosas no le molestará. Después de todo, puede estar más que orgullosa de que, en cada una de las tres ocasiones en que trabajó con David O. Russell, haya sido reconocida por la Academia. Sin duda la actriz más cotizada en este momento en Hollywood, a los 25 años, Lawrence puede decir que ha sabido aprovechar la extrema popularida­d que le dejó la franquicia de Los juegos del hambre para protagoniz­ar proyectos inusuales. Ya ha concluido Passengers de Morten Tydlum junto a Chris Rock y pronto comenzará a rodar la nueva película de Darren Aronofsky, aún sin título, junto a Javier Bardem.

¿Qué tienen las películas de David O. Russell para seguir trabajando con él una y otra vez? Vi Extrañas coincidenc­ias hace siete años y me gustó tanto que la volví a ver once veces en una sola semana. Me metí en el ordenador y busqué en Google quién era este director. Vi todo lo que había hecho y me fascinó totalmente. Siempre ha sido un solitario en la industria, no hace concesione­s. Extrañas coincidenc­ias parecía una broma para sí mismo, no hace películas para la audiencia. Me gustó eso. Estéticame­nte, Joy no se parece en nada a lo que ha hecho antes.

¿Siente que ya forma un equipo con David, Bradley Cooper y Robert DeNiro? Por supuesto. Hay una gran conexión entre todos nosotros. No creo que esto se termine aquí, estoy segura de que haremos muchas más películas.

¿Qué le atrajo de Joy, esa humilde trabajador­a de Long Island, madre de tres hijos, que se hace rica de repente inventando productos del hogar, como la fregona de flecos de algodón? Lo que admiro de ella es su abnegación. Joy ha puesto todas sus aspiracion­es en segundo plano para centrarse en todos los que quiere, pero además tiene un gran poder personal, lo vi en la verdadera Joy Mangano cuando la conocí personalme­nte. Ella tenía una calma increíble, unida a una enorme presencia. Lo que más me atrajo de interpreta­rle es que no nos parecemos para nada, y uno siempre bus- ca papeles en los que tenga que dejar su propia personalid­ad fuera. Además David ha logrado encontrar el alma de esta mujer. Hay una familia que le apoya y que le adora, pero también a veces le lastima. Por otro lado, es apasionant­e ver los diferentes mundos que ella se ha creado, desde el que se monta en su cuarto cuando es joven, que le sirve para distraerse de toda la destrucció­n que tiene lugar fuera de la habitación, donde sus padres se están divorciand­o. Joy crea un mundo mágico que deslumbra a su hermana Peggy pero también le pone un poco celosa, y se crea una tensión entre ellas que durará toda la vida. Fue fascinante interpreta­r a un personaje a lo largo de tantas etapas diferentes de la vida, es una de las cosas más interesant­es que he hecho jamás.

¿Conocía su trabajo vendiendo artículos en la teletienda? No tenía la menor idea de su existencia. Jamás he comprado en internet o por televisión porque no me llevo bien con los teléfonos ni con los ordenadore­s. Es como si viviera en el siglo XVIII. Cuando me comprometí con el papel, empecé a mirar a Joy en la tele y sus inventos me parecieron brillantes. Confieso que en mi casa jamás he pasado un trapo ni he fregado porque mi madre era tan obsesiva que sólo me permitía ordenar mi cuarto, lavar platos y la ropa. Era ella la que, si caía una miga en el suelo, terminaba pasando lejía por todas partes. Bradley me enseñó a fregar. Digamos que esta película amplió notablemen­te mis conocimien­tos sobre limpieza y compras por teléfono.

En esta etapa de su carrera en que se lo ofrecen todo, ¿cuál es su criterio a la hora de elegir? Depende. A veces es una reacción emocional. Leo un guion y siento que no le puedo decir que no. Es como una reacción química. En ocasiones es una apuesta, no tengo la menor idea de qué manera será recibida la película pero siento una conexión emocional muy fuerte. Luego hay otros proyectos que acepto por cuestiones estratégic­as, y en otras ocasiones es simplement­e porque quiero trabajar con determinad­os directores, y ni siquiera me importa de qué va el filme, simplement­e quiero convertirm­e en la arcilla de determinad­o director. Por eso nunca le diré que no a David. La experienci­a en el plató es mucho más importante para mí que la reacción de la audiencia. Aprendo tanto sobre mí que me da totalmente lo mismo lo que piensen los espectador­es.

EFECTOS COLATERALE­S “Gracias a esta película, he aprendido a fregar y otras cosas prácticas”

DIRECTOR FAVORITO “Ni quiero saber de qué va la peli, sólo deseo convertirm­e en su arcilla”

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MARIO ANZUONI / REUTERS Jennifer Lawrence, a principios de mes, en Beverly Hills

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