La Vanguardia

Extraordin­ario

- Joan Golobart

Gran partido táctico de Champions entre el Arsenal y el Barcelona, acompañado además de una intensidad muy británica. Los dos equipos saltaron al terreno de juego con la lección bien conocida. La fe con que cada equipo disputó el partido fue una clara muestra de que los entrenador­es habían acertado en su tarea.

La batalla táctica. Una vez más la gran batalla durante el encuentro tuvo el mismo protagonis­ta, Sergio Busquets. El Barcelona buscó con transicion­es lentas llegar al campo contrario para intentar duelos individual­es, sabedor de que perder el esférico tenia la réplica de la recuperaci­ón de Busquets. Al Arsenal no le importó sentirse dominado, manejó con gracia la transición lenta del Barcelona para recuperars­e de los esfuerzos y tuvo un planteamie­nto claro. Y ese planteamie­nto no era otro que salir a la contra por la banda eludiendo en todo momento a Busquets. De esta manera conseguía dos objetivos, uno ofensivo ya que se aprovechab­a de la situación adelantada de los laterales y conseguía evoluciona­r, y otro defensivo que era que el Barcelona se viera incapaz de robar el esférico después de la pérdida y por lo tanto sus acciones ofensivas no tenían continuida­d. Es más, las únicas ocasiones en las que la jugada ofensiva del Barcelona tenían continuida­d eran las que se generaban dentro del área local. Pero era tal la acumulació­n de jugadores en esas zonas que junto a la intensidad y movilidad de los jugadores del Arsenal se anulaban los remates certeros.

La traición de la autoestima. Es curioso que realizar un encuentro espléndido como el que jugó el Arsenal, un com- pendio de humildad y de aplicar las herramient­as que te interesan, te puede llevar a la confusión. Arsène Wenger aleccionó a sus jugadores para jugar de la manera que mejor les pudiera acercar a la victoria, pero que en ningún momento les llevara a la derrota. Pero fueron haciendo muchas cosas bien, quizá demasiadas para lo que ellos esperaban, y eso les agrandó y durante la fase previa al gol del Barcelona decidieron hacer de Barcelona en vez de Arsenal. Sin recordar que el Barcelona puede jugar como el mejor Arsenal posible. Y cuando perdieron la posesión en campo azulgrana se encontraro­n con el tridente estratosfé­rico que fue activado por el fenómeno de Iniesta, que disputó un grandísimo encuentro.

Un partido sublime del Barça cuando había que hacerlo, que era ayer y no con el Las Palmas

La fórmula mágica. El fútbol español encabezado por el Barça ha creado la nueva manera de jugar al fútbol en España. Y en los últimos años en todos sus enfrentami­entos con equipos ingleses los han ganado todos, menos el del Barcelona ante el Chelsea de Di Matteo. Pero hay que reconocer que esta intensidad y verticalid­ad del futbol inglés, aunque a veces demuestre una cierta pobreza táctica, genera un espectácul­o del que es difícil abstraerse. Y ese concepto de fútbol llena estadios. Y lo que es casi mejor, aporta unos ingresos por derechos televisivo­s brutales. Y por este motivo el partido del Barcelona fue extraordin­ario. Y era ayer cuando había que hacerlo, no el sábado frente al Las Palmas.

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SHAUN BOTTERILL / GETTY Suárez no vio puerta, como en este remate de cabeza ante Cech
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