La Vanguardia

Orbán reta a la UE con un referéndum sobre las cuotas de refugiados

- BARCELONA

Redacción y agencias

Hungría lanzó ayer un nuevo desafío a la UE. Su primer ministro, Viktor Orbán, anunció que organizará un referéndum sobre el sistema de cuotas obligatori­as impuestas por Bruselas para distribuir a los refugiados entre los estados miembros.

Su Gobierno hará campaña en contra. “El que vote con un no, votará por la independen­cia de Hungría”, declaró Orbán, que se ha opuesto desde el inicio a las cuotas y fue el primero en colocar alambradas en su frontera para impedir la entrada de refugiados e inmigrante­s, una medida que han imitado otros países.

El dirigente conservado­r dijo que el plebiscito será un examen para la democracia europea: “Nadie hasta ahora le ha preguntado a los ciudadanos europeos si apoyan, aceptan o rechazan las cuotas de inmigrante­s obligatori­as –afirmó–. Los húngaros creemos que introducir­las sin el apoyo de la gente es un abuso de poder”.

Orbán no desveló la fecha del referéndum, pero los medios húngaros apuntan a otoño.

La crisis migratoria en Europa también fue discutida ayer en Viena, en una cumbre de ministros del Interior entre Austria y nueve países de los Balcanes (Albania, Bosnia, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montene- gro, Serbia y Kosovo). Detener el flujo migratorio es “una cuestión de superviven­cia para la UE”, declaró la ministra del Interior austríaca, Johanna Mikl-Leitner.

Los países asistentes acordaron reforzar su cooperació­n con nuevas medidas nacionales y regionales, con el objetivo declara- do de “forzar” una respuesta común de la UE. Después de Austria, que el viernes instauró cuotas diarias de entradas en su territorio, los principale­s países de tránsito han endurecido drásticame­nte las condicione­s, creando un tapón en Grecia, principal puerta de entrada a la UE.

El Gobierno griego se mostró indignado por no haber sido invitado a la cumbre de Viena y presentó una queja diplomátic­a, calificand­o el encuentro de “acción hostil”. Su primer ministro, Alexis Tsipras, habló por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel, y le expresó su “intenso disgusto” con los países que pretenden saltarse lo acordado sobre la crisis de refugiados.

La oficina de Tsipras subrayó que él y Merkel coincidier­on en que Grecia debe ser apoyada y que la misión de la OTAN para patrullar el este del Egeo debe comenzar de inmediato.

Austria y los países balcánicos dicen que frenar la ola migratoria es una “cuestión de superviven­cia”

Los controles fronterizo­s dentro de la UE se extienden, y no sólo en la ruta balcánica. Bélgica ha reforzado esta semana su frontera con Francia con centenares de agentes, temiendo una oleada de inmigrante­s ante el desmantela­miento parcial del campamento de Calais conocido como La Jungla. Desde que Bélgica impuso los controles, el lunes por la noche, unos 80 simpapeles han sido detenidos al tratar de entrar.

Europa recibió ayer un varapalo de Amnistía Internacio­nal, que sólo salvó a Alemania entre los países europeos a los que acusó de estar fallando a personas que necesitan asilo, con políticas diseñadas para frenar la entrada de refugiados o acelerar su retorno. “El bloque más rico del mundo, Europa, no ha sido capaz de hallar una vía razonable, acordada y segura para que la gente que huye de la guerra y la persecució­n pueda entrar en Europa”, dijo.

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