Un documental airea trapos sucios del marido de Isabel II
Un documental presenta a Felipe de Edimburgo como bebedor y playboy empedernido
La monarquía británica vive un buen momento, pero no todo puede ser siempre color de rosa. Los cuentos de hadas son eso, cuentos, y la dura realidad te golpea en el rostro cuando menos lo esperas. Siempre han circulado rumores de que el duque Felipe de Edimburgo fue un mujeriego que tuvo numerosos af
faires, pero ahora un documental del canal 5 de la televisión británica ha dado cuerpo a esas teorías.
El programa, de dos capítulos, el primero de los cuales se emitió anoche, deja claro por razones legales y para cubrirse las espaldas que se trata de “rumores sobre los que no existen pruebas”, pero aun así no ha dudado en arrojar la piedra, que ha roto los cristales del castillo de Windsor y ha aterrizado en los apo- sentos de Isabel II. No sólo Su Majestad está que trina, sino unos funcionarios de palacio cuya principal misión en la vida es proteger la imagen de la soberana y de la corona.
Con el pretexto de “celebrar” los sesenta años transcurridos desde la coronación de la monarca, el documental, titulado Dentro de Bucking
ham Palace, hace un repaso a “las tragedias y triunfos de la familia real a lo largo de esas seis décadas”, y mira adelante, hacia el reinado de Carlos. Pero detiene su lupa en la figura polémica de Felipe de Edimburgo, que a los 94 años tiene buena salud para su avanzada edad, conserva la manía de hacer comentarios políticamente incorrectos y sigue siendo tan gruñón como siempre, o más si cabe.
El programa lo presenta como un mujeriego empedernido, que salía de copas con actores como Peter Ustinov y David Niven a clubs del Soho y acudía a fiestas privadas con showgirls muy ligeras de ropa, comportándose como un auténtico playboy. Y que regresaba al palacio bien entrada la madrugada, dando tumbos y oliendo a oporto, para desesperación de la reina (contrajeron matrimonio en 1947 en la abadía de Westminster, de modo que llevan casi setenta años casados).
La relación estuvo a punto de saltar por los aires a mediados de los años cincuenta –señalan los periodistas del Canal 5–, cuando Felipe llevó a una de sus amantes al yate real Britannia. El duque negó categóricamente la existencia de un affaire, pero la reina le pidió que se fuera de viaje a una larga gira por el extranjero, para “que no se metiera en líos”.
Una de las anécdotas más diverti-
das que cuenta el documental es que Felipe no podía ver a su suegra, la reina madre, y que para quitársela de en medio hizo cortar la calefacción de sus aposentos del palacio de Buckingham (en menos de una semana se había ido). Hombre de filias y fobias, no sentía una especial simpatía por la princesa Diana, sentimiento que era recíproco y hacía saltar las chispas cada vez que ambos tenían una conversación.
Los productores del programa han hablado con empleados de la Casa Real de distintas épocas, historiadores y celebridades que formaban parte del círculo de Felipe. Además de las especulaciones sobre las hipotéticas actividades extramatrimoniales del marido de la reina, relata con todo lujo de detalles las batallas entre Carlos y Diana, que acabaron eventualmente en su separación, el divorcio de la princesa Ana, las provocaciones de Sarah Ferguson y los “horribles años noventa” de la monarquía. Una crisis que consiguió superar, hasta el punto de que hoy vive uno de sus momentos más dulces. Aunque el final feliz nunca está garantizado.