Los coches tristes
El nuevo Mercedes que se ha presentado en el Circuit de Barcelona-Catalunya es plateado con una especie de zócalo negro y detalles de color de aguamarina de los carburantes Petronas. El McLaren es gris metalizado con detalles rojos. El Haas es gris, rojo y negro. El Force India es gris y negro con letras blancas y cintas verdes y naranjas de la bandera de la República de la India. De los once equipos de la parrilla de F-1 del 2016 cuatro serán grises, en varias combinaciones, con diferentes detalles de color. Qué coches más tristes.
Tengo una teoría para explicar lo que ha sucedido. Al principio los coches de carreras iban pintados con los colores nacionales. Azul-Francia: Bugatti. Verde-Inglaterra: Lotus, Cooper y BRM. RojoItalia: Alfa Romeo, Masseratti y Ferrari. En los años sesenta apareció la publicidad y los bólidos incorporaron los colores de las marcas comerciales, que también se estampaban en los monos de los pilotos y de los mecánicos, en las camisas de los directores de los equipos y en el mershandising. Se trataba de vender el mayor número posible de cigarrillos John Player, Marlboro o Rothmans, camisetas Benetton, cervezas Warsteiner o herramientas Beta, y por esos los coches eran de colores llamativos, con símbolos muy visibles: la flamenca de los cigarrillos Gitanes, el dragón de los carburantes Agip. Es la edad de oro de la decoración de los F-1.
En la época actual, los coches ya no son soportes de publicidad o lo son de manera secundaria. Cuando una gran empresa decide invertir en F-1 es más por el prestigio que por las ventas directas que reporta su presencia en los circuitos. De acuerdo con esta lógica, la publicidad ha sido sustituida por la imagen corporativa: colores serios, logotipos y símbolos sobrios. Cuando Petronas o Esso estampan su nombre en un Mercedes o en un McLaren, no aspiran a vender más litros de gasolina: es una demostración de poder, como cuando colocan un gran rótulo con la marca en la cima de un rascacielos. Siempre nos quedará Ferrari.