Alcaldaje sociovergente
Hasta que el procés irrumpió en nuestras vidas, no había nada más parecido a un socialista que un convergente. Ambos se disputaban la centralidad y, por eso, aunque se gustaban mutuamente y en privado se hacían confidencias, las luchas por el poder y la teatralización que estas conllevan hicieron que esa relación que de natural podría haber sido amorosa derivara en celos y odios. Ayer, en el Cercle del Liceu, en un acto organizado por un grupo de empresarios y directivos alemanes encabezados por Albert Peters y Carlos Wiemberg, a más de uno de los asistentes le vinieron a la cabeza recuerdos de esa sociovergencia que no pudo ser. En una semana en la que Ada Colau ha vivido sus peores momentos desde que accedió a la alcaldía, cuestionada por los de siempre y también por mucha de su gente, se trataba de homenajear a los dos anteriores alcaldes de Barcelona, el socialista Jordi Hereu y el convergente Xavier Trias por el trabajo realizado en favor de la ciudad. Una iniciativa bien original en un país en el que los homenajes suelen llegar tarde o ser un mal presagio. “No queríamos esperar para darles las gracias a que estén muertos”, se justificó el señor Peters.
Durante el almuerzo, en las conversaciones entre los comensales, se escucharon reproches a la alcaldesa, que esta semana ha descubierto que ella también es ahora establishment. Pero en las intervenciones de los homenajeados y de sus padrinos, el conseller Josep Rull y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, primó el savoir faire . Se callaron lo que piensan. Si acaso a Trias se le entendió todo cuando aseguró que “con los socialistas es fácil colaborar, mientras que con aquellos que sólo buscan el enfrentamiento es muy difícil”. Eso sí, hubo revelación de secretos. Miquel Iceta –¡qué gran monologuista!– explicó que Hereu está tan enamorado de Barcelona que cuando salía con su novia una de sus aficiones era visitar las obras de la ciudad. O cuando el doctor Trias explicó sus dudas juveniles entre la pediatría y la psiquiatría. Se hizo pediatra. Cuando se retire de l Ayuntamiento –algo para lo que todavía no hay fecha– no descarta sentar pacientes (políticos) en un diván.