El PSOE desafía a Podemos a consultar a sus bases
Sánchez encara el debate interno reforzado por el aval al pacto con C’s de su militancia
Cuando el viento se ponía reiteradamente a favor de José Luis Rodríguez Zapatero, hubo quien rápidamente encontró la única explicación lógica posible: el entonces debutante presidente del Gobierno tenía “baraka”, una suerte providencial que impulsaba sus pasos. Ahora, en el PSOE hay quien ya empieza a ver similitudes en la imparable trayectoria de Pedro Sánchez, que tras sólo 18 meses como líder de su partido se presenta mañana al debate para su investidura como presidente del Gobierno, aunque sin previsión de poder lograrlo al menos en esta primera ronda de votaciones. “Sale de todas, tiene buena suerte”, apunta uno de sus fieles.
El resultado de la precipitada consulta a la militancia socialista del pasado sábado para refrendar el acuerdo que Sánchez tiene suscrito con Ciudadanos, y otros posibles pactos que pueda sellar para su investidura con otras formaciones –si no ahora, más adelante–, les ha vuelto a dar la razón. Contra todos los pronósticos de la propia dirección del PSOE, 95.763 militantes socialistas atendieron la urgente llamada y acudieron a votar. En total, el 51,7% del censo, cuando el temor era que la participación hubiera rondado el 30%. Y Sánchez recibió el aval de 73.940 militantes, casi un 79% de síes; frente a los 19.692 que votaron no, un voto de castigo, no obstante, del 21%. El equipo de Sánchez acogió el escrutinio final de la consulta a la militancia como un auténtico éxito político.
También, claro está, en clave interna. Sánchez ganó la secretaría general del PSOE en julio del 2014, por vez primera por el voto directo de la militancia. Entonces recibió 64.116 votos, luego ahora ha ampliado en casi 10.000 votos la legitimidad en la que basa su liderazgo, frente a las constantes arremetidas que está recibiendo casi desde que llegó al cargo por parte de presidentes autonómicos, líderes territoriales y dirigentes críticos, con la andaluza Susana Díaz siempre a la cabeza de la ofensiva interna.
Con todos ellos volverá a verse hoy las caras, en una nueva reunión del comité federal del PSOE convocada para ratificar el resultado de la consulta a la militancia, que no es vinculante jurídicamente pero sí compromete políticamente. Es decir, que ningún dirigente del PSOE, por muy crítico con Sánchez que sea, se atreverá a llevar la contraria a la decisión de las bases del partido.
En el PSOE, según coinciden algunos de sus dirigentes, hay “mucho mar de fondo” ante la sucesión de acontecimientos recientes e inminentemente próximos. Pero Sánchez llega muy reforzado y blindado a esta nueva cita en Ferraz, por el renovado aval de la militancia y ante su debate de investidura del martes. No se espera, por tanto, que los cuchillos salgan a relucir. Y eso que ganas, a algunos, no les faltan.
Cuando Sánchez disparó su bala de plata de la consulta a la militancia para romper el cerco que trataban de imponerle algunos presidentes autonómicos, en el comité federal del pasado 30 de enero, muchos dirigentes críticos lo entendieron como una afrenta.
El comité federal ratifica hoy el resultado de la consulta a la militancia que amplió su aval a Sánchez Dirigentes críticos creen que el pacto con C’s deja “muy tocada” la posición del PSOE si se repiten las elecciones
Criticaron que el líder del PSOE recurría a enfrentar a los militantes contra los dirigentes para intentar salirse con la suya, en su empeño por llegar a la Moncloa. Claro que, en aquel momento, el gran temor de la andaluza Susana Díaz o el asturiano Javier Fernández, entre otros, era que Sánchez forjara una alianza con Podemos para una investidura que habían de facilitar, encima, los partidos independentistas catalanes. En cambio, lo que tiene suscrito ahora el líder del PSOE es un acuerdo con Albert Rivera. Un programa de gobierno pactado con Ciudadanos que, a juicio de algunos dirigentes críticos, “deja muy tocada la posición del PSOE”. Y es que, en su opinión, las cesiones y componendas aceptadas en dicho acuerdo serían asumibles si efectivamente se lograra gobernar. Pero ante el hipotético escenario de una repetición de las elecciones, dicho acuerdo les “ata las manos”, según piensan. La gran mayoría de la militancia que votó el sábado, en cambio, no lo ha entendido así y entregó su aval a Sánchez.
Al margen del debate interno, de puertas para fuera, Sánchez y la dirección del PSOE van a utili- zar esta consulta a la militancia socialistas para insistir en presionar a Pablo Iglesias, la tercera parte de la ecuación, junto a Albert Rivera, que Sánchez necesita para lograr su investidura.
Así lo hizo ayer el número dos del PSOE, César Luena, que aseguró que ahora espera que otros partidos, en alusión implícita a Podemos, “tomen nota” de la consulta y se apliquen el cuento. “Sabemos lo que piensan los dirigentes de algunos partidos, estaría bien saber lo que opinan sus militantes”, dijo Luena. “Quiero pensar que Pablo Iglesias no tiene dudas para elegir entre Rajoy y Pedro Sánchez, porque creo que sus votantes no las tienen”, retó.