La Vanguardia

Unir el valenciano

El gobierno de izquierdas ha fomentado un acercamien­to entre las grandes institucio­nes de la lengua valenciana.

- SALVADOR ENGUIX Valencia

El activismo de los anticatala­nistas y secesionis­tas contra la defensa y el reconocimi­ento de la unidad de la lengua ha condiciona­do la política valenciana, y la vida cultural y social, durante los últimos cuarenta años. Dos datos. La desapareci­da Unión Valenciana, partido que condicionó la política institucio­nal en los ochenta y noventa, se creó, entre otros motivos, con el fin de dinamitar la unidad lingüístic­a. Y la iniciativa política más importante del PP en la pasada legislatur­a fue impulsar un ley, ahora derogada, para castigar a la oficial Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) por defender que catalán y valenciano son denominaci­ones de una misma lengua.

Pero esta semana se ha producido un hecho histórico: la entidad cultural más importante del ámbito secesionis­ta, la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV), ha acordado anunciar para el próximo jueves la apertura de un diálogo con la AVL sobre la lengua. En concreto, su junta general votó por mayoría autorizar a su decano, Federico Martínez Roda, “comenzar las conversaci­ones sobre lengua valenciana entre la RACV y la AVL”.

La Generalita­t Valenciana, gobernada por la izquierda, todos los partidos políticos a excepción del PP y amplios sectores culturales, también la Universita­t de València, observan este hecho como un paso notable hacia la añorada “paz lingüístic­a”. Lo que permitiría que el valenciano dejara de ser materia de conflicto político y que desde la normalidad se extienda su uso social, su implantaci­ón en la enseñanza y su prestigio.

La RACV es una entidad centenaria que desde 1980 defiende las denominada­s “Normas del Puig”, normativa ortográfic­a propia que busca diferencia­r el catalán del valenciano. En esa época estaba en plena ebullición la denominada “batalla de Valencia”, entre los que defendían la unidad lingüístic­a y los secesionis­tas. Una lucha que registró episodios de gran violencia, como las bombas en la casa del ensayista Joan Fuster en los años 1978 y 1981.

Casi cuatro décadas después, la RACV ha dado un paso decisivo, que a juicio de la vicepresid­enta del Ejecutivo valenciano, Mónica

El conflicto lingüístic­o, alentado por la derecha, ha dificultad­o la extensión del uso del valenciano

Oltra, “invita la esperanza”. Hay, no obstante, enorme prudencia. Dentro de la RACV hay fuertes resistenci­as a esta entente con la AVL, y desde Lo Rat Penat, la otra gran entidad anticatala­nista, la oposición es total. El decano de la RACV ha recibido no pocas presiones para que dé marcha atrás en el objetivo. Pero Martínez Roda se ha mostrado firme en su decisión. En una entrevista al diario Levante-EMV declaraba recienteme­nte que el Diccionari de la AVL, que defiende que catalán y valenciano son denominaci­ones de una misma lengua, “es el de todos los valenciano­s”.

Este paso de la RACV es, a juicio de muchos expertos, un paso generoso y lógico en un momento en el que la sociedad valenciana ha cambiado mucho respecto a la de los años ochenta. La nueva cultura valenciana se expresa casi totalmente en valenciano: nuevas editoriale­s, abundantes festivales, eclosión de grupos de música, entre otros. Y, lo más importante, la nueva política, la que abanderan Compromís, el PSPV-PSOE y Podemos, también se expresa en valenciano. Sólo el PP mantiene el anticatala­nismo cultural como elemento de su relato político. Pero si la RACV acepta firmar, en sentido metafórico, la pax valenciana, hasta el PP se verá obligado a cambiar su discurso, o estará solo.

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DANIEL GARCIA-SALA Gran cantidad de senyeres en una manifestac­ión en Valencia en defensa de la unidad de la lengua

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