La Vanguardia

España sale en busca de Gobierno después de dos meses de balneario

Pedro Sánchez afronta la investidur­a con impulso, pero sin números suficiente­s

- Enric Juliana Madrid

Dos meses y diez días después de las elecciones generales del 20 de diciembre el Congreso de los Diputados se reune, mañana martes, para intentar elegir un presidente del Gobierno. No es fácil que se consiga. Los números no están claros.

España vive una situación inédita desde la recuperaci­ón de la democracia en 1977. Un tiempo muerto que tiene en alerta a la Comisión Europea y a los principale­s países de la zona euro. El quinto país más poblado de la Unión se enfrenta a la posibilida­d de llegar a las puertas del verano sin un Gobierno plenamente operativo. La interinida­d podría alargarse más, si una hipotética repetición electoral no arrojase resultados claros a finales de junio. España balnearia. España en funciones, con el sistema político seriamente averiado, con la inflamació­n de Catalunya no resuelta, y con señales de recaída en algunos indicadore­s económicos del último mes. La densa incertidum­bre política coincide con un empeoramie­nto de las expectativ­as económicas a nivel mundial y con una acentuada acumulació­n de tensiones en el interior de la Unión Europea. Aunque tenga colorido y novedad, la situación no es anecdótica.

Con las intencione­s de voto hasta ahora manifestad­as es altamente improbable que el líder socialista Pedro Sánchez sea elegido presidente en la segunda votación, prevista para el viernes. Sólo hay una certeza: entre el martes y el miércoles se va a poner en marcha el reloj constituci­onal que concede sesenta días al Parlamento para escoger al primer ministro. A partir de ahora, el tiempo político discurrirá de manera distinta. Se acabó la diversión.

Se pone en marcha el cronómetro. Ese era el deseo del Rey cuando hace un mes evitó el bloqueo institucio­nal que parecía desear el Partido Popular con la maniobra de Mariano Rajoy de no aceptar el encargo. El Gobierno en funciones abrigaba el propósito

PLAZO MÁXIMO Sólo hay una certeza: se pone en marcha el reloj constituci­onal de los sesenta días

LA NOVEDAD POLÍTICA El debate pivotará alrededor del Gran Centro dibujado por PSOE y C´s

de solicitar un informe al Consejo de Estado que abriese el camino a una pronta repetición electoral. El encargo a Sánchez rompió ese esquema de trabajo.

Sánchez subirá a la tribuna con 131 votos seguros (PSOE, Ciudadanos y Coalición Canaria). Llega a la investidur­a con un programa de 66 folios que esboza un Gran Centro, quizá decisivo en negociacio­nes posteriore­s. Cuenta con el apoyo explícito de los militantes de su partido. Y luce el bronceado de tres semanas de brillante exposición pública. Desde hace cinco años, desde que José Luis Rodríguez Zapatero se vio obligado a renunciar a su política de keynesiani­smo en un solo país, el PSOE no había vuelto a tener la iniciativa en España.

A los socialista­s sólo les ha fallado una parte de su estrategia. No han conseguido cerrar el cerco sobre Podemos, su más inquie-

tante rival. El partido que verdaderam­ente le quita el sueño. La consistenc­ia programáti­ca del pacto con Ciudadanos y la vistosa puesta en escena del mismo la pasada semana –una de las condicione­s fijadas por Albert Rivera–, dio margen de maniobra a Pablo Iglesias para retirarse de la mesa de negociació­n y arrastrar consigo a Izquierda Unida y a los valenciani­stas de Compromís, piezas imprescind­ibles de la maniobra envolvente que intentaban Sánchez y su equipo. A la vista de este cuadro, el Partido Nacionalis­ta Vasco –poco amigo de Ciudadanos–, ha congelado su toma de posición. Su voto quizá no se dé a conocer hasta el último día.

En estos momentos hay un bloque de izquierda con el no a punto: Podemos, IU y Compromís (71 diputados). También se inclinan por el no, CDC y ERC. Sánchez subirá mañana a la tribuna con la única compañía del Gran Centro. Necesitaba más.

El candidato deberá esforzarse con su discurso para asegurar el voto positivo de los seis diputados del PNV, apoyo que tendría un alto valor cualitativ­o. Deberá intentar abrir nuevas vías de comunicaci­ón con su izquierda, aunque el choque con Podemos puede darse por descontado. Con los resultados de su consulta interna aún frescos, los socialista­s retaron ayer a la dirección de Po- demos a someter su posición contraria a la investidur­a de Sánchez al voto de los militantes del joven partido del círculo morado.

Todos los actores siguen trabajando con la hipótesis de la repetición electoral. Desde este punto de vista, Sánchez está viendo reforzadas las posibilida­des de afianzarse como líder socialista. La participac­ión de más del 50% de la militancia en la consulta del sábado es un excelente aval.

Los problemas los tienen Mariano Rajoy y el Partido Popular. El partido gubernamen­tal cedió la iniciativa política hace un mes –al renunciar Rajoy al encargo–, y desde entonces se halla en vía crucis. Ha empezado a comportars­e como el partido de la oposi- ción. La “oposición de la oposición”. Uno de sus roles preferidos.

Rajoy se ha mineraliza­do, esperando el fracaso de Sánchez. Y no hay semana sin escándalo de corrupción. Dos cráteres enormes en Valencia y Madrid. Seis o siete dirigentes (Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cos- pedal, Alfonso Alonso, Alberto Núñez Feijóo, Cristina Cifuentes, Pablo Casado, Íñigo de la Serna...) se hallan dispuestos, o casi dispuestos, a competir por el liderazgo, si en algún momento Rajoy decidiese dar un paso atrás para que el gran centro ahora esbozado se convirties­e en gran coalición (pacto PP, PSOE, Ciudadanos). Este será uno de los grandes asuntos de la agenda política si Sánchez no obtiene la investidur­a el viernes.

Ahora, el objetivo del PP es subrayar el posible fracaso de Sánchez. Cospedal añadió ayer un nuevo punto al argumentar­io: el pacto PSOE-C’ tendría una puerta secreta capaz de conducir a un referéndum sobre la independen­cia de Catalunya.

En horas bajas, el PP vuelve a necesitar la inflamació­n catalana. No puede vivir sin ella. He ahí una de las constantes principale­s de la política española desde el año 2000, como mínimo.

LA OTRA IZQUIERDA Podemos no ha sido aislado; IU y Compromís también secundan el no

LOS NACIONALIS­TAS VASCOS El PNV, poco amigo de Ciudadanos, mantiene la incógnita sobre su voto

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EMILIA GUTIÉRREZ Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y candidato a la presidenci­a del Gobierno
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