El vagón del silencio
El 20 de febrero me puse muy contenta cuando subí al tren AVE en Girona dirección Barcelona y
me encontré con el esperado vagón del silencio. Pensé que por fin ya éramos europeos (en Inglaterra hace años que lo vi) y que podría leer tranquilamente, trabajar o relajarme. Mi alegría duró poco, hasta que empezó a llenarse de gente que, durante el trayecto, gritaba o usaba el móvil o algún que otro niño lloraba.
Esta carta es para pedir información a los responsables de Renfe sobre el funcionamiento de este servicio. ¿Por qué si compras el billete vía internet no te informa que existe este vagón y así poder acceder? ¿Por qué se pone a disposición de usuarios que no lo valoran o lo desconocen? Por ejemplo, una madre con su niño gritando llevaba su billete expedido por la compañía en el vagón ocho, que se supone que es el del silencio, y dijo que ella no se cambiaba de asiento.
¿Por qué no pasa ningún revisor a comprobar que este servicio funciona? ¿Realmente este servi- cio ya se ha puesto en marcha o lo único que hay es un cartelito en cada asiento? ¿O este vagón del silencio no funciona entre Girona y Barcelona? Quizás no seamos tan europeos como esperaba...
NEREA LARRINAGA MERA
Girona