Las elecciones vascas ponen al PNV más cerca del no a Sánchez
Los jeltzales mantienen una posición ambigua sobre la investidura
El complicado tablero electoral de Madrid ha colocado al PNV como uno de los actores destacados. La necesidad de apoyos del PSOE hace de los seis diputados jeltzales una pieza clave en el debate de investidura. Su postura, sin embargo, es difícil de adivinar. El PNV se ha alejado de Pedro Sánchez tras el pacto con Ciudadanos pero todavía no está descartado nada. Hay mucho en juego para el partido vasco en un año de elecciones en Euskadi y cualquier posición puede condicionar su gran aspiración: que Urkullu repita como lehendakari.
“Todo parece apuntar a que Pedro Sánchez no logrará los votos necesarios, incluso en la segunda vuelta”, aseguró ayer el jefe del Gobierno vasco, aunque, como en todo este periodo de negociaciones, dejó todas las posibilidades abiertas: “El compromiso del PNV es defender los intereses de Euskadi apoyando de forma responsable la estabilidad y gobernabilidad”. Las palabras de Urkullu son un reflejo del tono mediático adoptado por el partido vasco tras las elecciones del 20D, con una ambigüedad calculada que no cierra la puerta a ninguna postura final.
La plana mayor del PNV, de hecho, ha defendido estos días ese perfil bajo en los medios y lo justifica como una forma “seria” de hacer política. “Nosotros -explicó ayer Urkullu- no hemos esgrimido líneas rojas ni convocado ruedas de prensa para condicionar las negociaciones”. En ese sentido, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, se refirió a lo ocurrido en las últimas semanas como “el Gran Hermano de las ruedas de prensa”.
A pesar del enfriamiento de las posibilidades de llegar a un acuerdo con Sánchez tras su pacto con Ciudadanos, la opacidad del PNV no permite descartar ninguna opción. Así, el propio Esteban ha reconocido que el partido vasco está abierto hasta este mismo martes a cualquier propuesta para tomar posición de cara al comienzo del debate del miércoles por la mañana.
El PNV se mueve con pies de plomo consciente de que un movimiento en falso podría tener consecuencias en unas elecciones al Parlamento vasco que, en principio, deben celebrarse este otoño. Apoyar a Sánchez y que aun así no saliera adelante su investidura es uno de los escenarios que el PNV quiere evitar.
Que Pedro Sánchez salga investido o no condiciona ya la táctica electoral peneuvista. No se descarta, incluso, que el Ejecutivo de Urkullu decida adelantar los comicios vascos. En el caso de que se produjera la investidura de Sánchez con el apoyo del PNV, los jeltzales lograrían importantes contrapartidas a cambio, como el desbloqueo del Cupo y la agilización de la estancada construcción del TAV. Con estas cartas en su mano, el PNV podría optar por adelantar las elecciones para rentabilizar en las urnas la imagen de partido influyente en Madrid. Pero, en el sentido contrario, también significaría una renuncia a sus planteamientos nacionalistas como el reconocimiento del derecho a decidir o del País vasco como nación.
Si la investidura de Sánchez no saliera adelante, las elecciones al Congreso se repetirían el 26 de junio. En ese escenario, el PNV es consciente de que el debate nacional pesaría sobre el de Euskadi, pudiendo ser un hándicap en su lucha con el que ahora mismo es su gran rival: Podemos. En ese caso, la formación de Urkullu podrían adelantar las elecciones.
El PNV pillaría así además por sorpresa a Podemos, segundo en las encuestas vascas y el más votado el 20D en Euskadi, ya que todavía no tiene candidato a lehendakari. También sería un golpe a la izquierda abertzale que, debido a la ambigua inhabilitación a un Otegi que hoy abandona la cárcel tras seis años y medio preso, no sabrá si podrá contar con él como candidato para los comicios vascos.
Aitor Esteban justifica la discreción de los contactos con el PSOE “para evitar condicionar los acuerdos”