Si Donald Trump gana
La posibilidad de que Trump llegue a ser el próximo presidente de Estados Unidos ha puesto en alerta a algunos ciudadanos de aquel país. En artículos y cartas al director prometen que, si Trump es finalmente elegido, se irán. A Canadá, por ejemplo. No es un hecho inusual. Aparte de las emigraciones entre aquellos dos países por motivos laborales, siempre las ha habido por hechos políticos. En el siglo XVIII, con la guerra de Independencia estadounidense, muchos fieles a la corona británica se marcharon a Canadá. Durante la guerra de Vietnam jóvenes estadounidenses que no querían ir a combatir atravesaron la frontera y encontraron cobijo.
Quizá por eso a una isla del Atlántico canadiense se le ha ocurrido ofrecer a los vecinos del sur la posibilidad de instalarse. Es la isla de Cabo Bretón, de más de diez mil kilómetros cuadrados, en la provincia de Nueva Escocia. La web explica a los estadounidenses las ventajas que encontrarían, los atractivos que ofrece, el clima, las playas, las posibilidades de encontrar casa a precios mucho más bajos que en Estados Unidos... Se llama ‘Cape Breton if Donald Trump
Algunos estadounidenses prometen que, si Trump es finalmente elegido, se irán del país
wins’ (si Donald Trump gana, Cabo Bretón) y aparentemente la ha creado un grupo de personas sin ningún vínculo con las autoridades. Aparentemente, pero no hay forma de confirmarlo: “No soy más que un tipo normal que empezó esto como manera de conseguir que la gente viera qué tenemos aquí, en la isla de Cabo Bretón, y me siento muy feliz de que muchos de vosotros ahora sepáis más. Pero la verdad es que damos la bienvenida a todos, da igual a quien apoyéis, sea a los demócratas, a los republicanos o a Donald Trump”. Esta frase es curiosa por dos motivos. Porque presupone que Donald Trump no es republicano (¿qué es, si no?) y porque permite ver que la oferta a los que quieran largarse de Estados Unidos si Trump gana es una mera argucia promocional.
Explican las maravillas de la isla: que aparece siempre en las listas de las revistas de viajes como una de las más bonitas, que valoran la diversidad, que los habitantes hablan inglés pero también francés, micmac y gaélico escocés. Que la temperatura no es tan fría como muchos estadounidenses creen. Para que se vea que la cosa va en serio, hay un apartado donde explican cómo inmigrar a Canadá, cómo conseguir la doble nacionalidad y, finalmente, los motivos por los que han emprendido la campaña: “Nuestra población está disminuyendo. Una economía lenta, en combinación con la emigración, nos ha llevado a un camino insostenible. Tenemos una isla preciosa, una gente amable, una cultura rica y un futuro brillante”. ¿Un futuro brillante si dos líneas antes han explicado que están en “un camino insostenible”? La idea de aprovechar el fenómeno Trump para atraer más población es buena pero quizás deberían haber buscado un redactor publicitario mejor, que como mínimo se diera cuenta de sus contradicciones. Como dice el gran Josep Pedrerol: “Becarios, no, eh. Becarios, no, ¡nunca más!”.