Desde dentro
Se habla de “sorpresa”, pero alguna señal ya lo apuntaba: es raro que una película sin nominación a mejor guion se lleve el premio gordo. Y así la ganadora a mejor guion original Spotlight ha arrebatado el Oscar a la mejor película a El revenido (perdón, pero no soy capaz de llamar de otra manera a The revenant). Esto dice mucho de la importancia de los guionistas en la cadena de montaje de una peli. Por eso, aunque aquí sólo saquemos el tema a relucir cuando en los Goya los guionistas no pisamos la alfombra roja, el meollo del asunto está en que el éxito o fracaso de un proyecto se basa en gran medida en el material de partida. Es decir, en el guion.
Sin embargo, la polémica de esta edición de los Oscar no se ha centrado en la importancia de los guionistas. Allí dan por sentado algunas cosas obvias pero por otro lado no son capaces de reconocer que pertenecen a un industria anquilosada, por no decir directamente racista. Mucha serie USA que hace equilibrismos para tener representación de todas las etnias, pero cuando hay que poner un nombre de campanillas encima del título de una peli, el blanco es el color de moda.
Quienes reclaman una situación más justa han adoptado dos actitudes diferentes: el boicot o cambiar las cosas desde dentro. Es cierto que intentarlo desde las tripas del sistema tiene mala prensa. Porque casi siempre los resultados son negativos. Se corre el riesgo de ser asimilado y anulado. Pero hay una herramienta infalible para ser un buen rebelde: el humor. En la gala de este año, el presentador Chris Rock ha utilizado toda su artillería cómica para abordar el problema. Ha denunciado sí, pero no ha faltado a la regla número 1 del humor ácido: si te ríes de alguien, ríete de todos. Y así, algunos de los mejores chistes de la noche han apuntado a los boicoteadores de más renombre, como Will Smith. ¿Esto ha servido para algo?¿Ha resultado efectivo hacer la crítica “desde dentro”? No lo sé, pero en un sketch borraron al oso que ataca a Di Caprio en El revenido y lo sustituyeron por Leslie Jones, una de las cómicos más brillantes del Saturday Night Live. Que es negra, por supuesto. Ya por eso mereció la pena. Personalmente creo que el cambio empezará cuando Idris Elba interprete a James Bond. Si un icono de la “blanquitud” como 007 es interpretado por un actor negro, no habrá vuelta atrás para otros personajes.
Ya que miramos hacia el futuro, me pregunto en qué lugar quedará el nombre de Alejandro González Iñárritu en la memoria cinéfila. De momento se ha colocado junto a los otros ganadores de dos Oscar consecutivos a la mejor dirección: John Ford y Joseph L. Mankiewicz. El paso del tiempo ha convertido a Las uvas de la ira, Qué verde era mi valle, Eva al desnudo y Carta a tres esposas en obras maestras indiscutibles. A saber qué nos parecen dentro de 40 o 50 años Birdman y El revenido.
El meollo del asunto está en que el éxito o fracaso de una película se basa en gran medida en el material de partida; es decir, en el guion