Una fe con claroscuros
La búsqueda de una gran sede para la Iglesia de la cienciología despierta recelos entre quienes la consideran una secta
Es una fe con claroscuros y que, en ocasiones, despierta recelos. Los últimos se han producido hace unos días , tras la información de La Vanguardia de que la Iglesia de la cienciología está buscando su segunda gran sede española –tras la de Madrid– en el área metropolitana de Barcelona. Necesita entre 4.000 y 6.000 m2 para establecer su centro de culto, según detalló su presidente nacional, Iván Arjona. Impulsada en Estados Unidos en 1953 por el escritor estadounidense L. Ronald Hubbard, la cienciología está reconocida como religión en España desde el 2007 por el Ministerio de Justicia. Pero es una fe controvertida porque en Francia, Alemania, Canadá o el Reino Unido acumula denuncias judiciales e, incluso, en algunos países es una secta. “En poco más de 60 años de vida triplica la cifra de demandas judiciales de la Iglesia católica”, advierte Miguel Perlado, psicólogo barcelonés experto en sectas y coordinador clínico de la Asociación Iberoamericana para la Investigación del Abuso Psicológico.
El psicoterapeuta alerta del “funcio- namiento sectario, jerarquizado y piramidal de la cienciología. Su objetivo no es sólo conseguir dinero –los cursos son carísimos–, sino obtener mucho poder e influencia social. Utilizan diferentes métodos para anular la personalidad de sus fieles, que acaban obedeciendo ciegamente y tienen una vida disociada. Lo que cuenta es el grupo; el individuo es un peón que pierde la capacidad de decidir por sí mismo”, detalla. Perlado ha trata- do clínicamente a algunos excienciólogos gracias al coraje de las familias. “Es muy difícil porque la cienciología les inculca que los psiquiatras y los psicólogos somos el demonio. Tienen auténtico pánico y la terapia es compleja”. Los próximos 4 y 5 de marzo, Madrid acoge el II Encuentro Nacional sobre Sectas, desde donde “se impulsará un trabajo trans- versal de los diferentes profesionales sanitarios y se escuchará a víctimas y familiares. Hay que romper el tabú y concienciar a la sociedad”, subraya Perlado.
La coordinadora de la Oficina de Asuntos Religiosos (OAR) del Ayuntamiento de Barcelona, Cristina Monteys, apunta que mantienen “una relación fluida y correcta” con la cienciología. Tenemos sus libros y documentos en nuestro centro de recursos –como los de otras religiones– y los ayudamos en gestiones urbanísticas cuando construyeron su templo en Gran Via”. Monteys asegura que “nunca han pedido ni recibido ninguna subvención” y considera que “llamarles secta es peyorativo. Tiene el reconocimiento de religión y así la consideramos”. Aunque reconoce que es “mino-ritaria” y que en el caso de que sepan de “algún abuso hacia las personas o irregularidades en alguna fe, avisamos a los Mossos d’Esquadra”, un hecho que “no ha ocurrido con la cienciología”, matiza.
Iván Arjona insiste en el “trabajo y ayuda social de la cienciología hacia los más necesitados”, aunque en la sede de Madrid sólo hay programada el pase del filme Historia de la Dianética y se ofrecen tests de personalidad gratuitos.
Es una creencia controvertida: en Francia, Alemania, Canadá o el Reino Unido acumula denuncias judiciales