Leo, el más deseado de todas las fiestas
Los famosos buscaron al protagonista principal de ‘El renacido’ para hacerse una foto o saludarle
Si la gran pregunta de la noche del Oscar era si finalmente la Academia le iba a conceder el premio máximo a Leonardo DiCaprio, la presencia del carismático actor de 41 años en cada una de las fiestas a las que asistió después de ganarlo se convirtió en un verdadero imán para los presentes. Leo fue uno de los primeros en acercarse al puesto de grabado en el Baile del Gobernador, la fiesta que se hace en el mismo edificio en donde está el teatro Dolby, y allí presenció muy interesado cómo le agregaban a su estatuilla una pequeña placa en la que ya estaba impreso su nombre. Bastó que se diera vuelta para que muchos se le acercaran para felicitarle y así prosiguió la velada hasta que a las 10.30 pm decidió marcharse seguido por un séquito que incluía a su madre, la alemana Irmelin Inderbirken, su mejor amigo, Tobey Maguire, y su esposa, Jen Meyers, quienes lógicamente también le acompañaron hasta la fiesta de Vanity Fair, la más prestigiosa de la noche.
Aunque el evento estaba repleto de ganadores, nominados y celebridades de todo tipo y magnitud, la llegada de Leo con su estatuilla cambió de inmediato la dinámica del lugar, especialmente construido para albergar a 1.200 invitados en un espacio lindante con el flamante Centro Wallis Annemberg para las Artes Escénicas, en el corazón de Beverly Hills. Siempre dispuesto a tomarse una foto con el Oscar en la mano con quien se lo pidiera, Leo logró mantener la compostura a pesar de que era obvio que todos los ojos estaban puestos en él, mientras saludaba cordialmente a cada uno que se acercaba para felicitarle, ya fuera Puff Daddy, Rebel Wilson o el actor y director Bob Balaban. Entre los muchos ricos y famosos que se aproximaron estuvo Ted Sarandos, fundador y presidente de Netflix. Luego fue el turno de Chris Rock, también un ganador pero por otras razones, quien señalando a los guardaespaldas que acompañaban a Leo le dijo en su característico tono divertido que le gustaría quedarse un rato cerca de él para sentirse más seguro. La atención que el dúo generó se incrementó aún más cuando Ben Affleck se acercó para saludar y fue recibido por DiCaprio con un beso en la mejilla. Cuando estaba por partir, agotado por tanto entusiasmo, Elton John se le acercó para felicitarle y hacerse una foto. Leo se prestó feliz para la foto y dejó la estatuilla en manos de sus acompañantes, pero Elton le explicó que el galardón no podía faltar en la instantánea, por lo que volvieron a fotografiarse, esta vez con la estatua. DiCaprio partió hacia alguna de las fiestas privadas que organizan las grandes agencias y a las que nunca puede acceder la prensa. Sin planes de rodaje, es probable que pase un tiempo hasta que le volvamos a ver.