La Vanguardia

Fría acogida a las disculpas de Cristiano Ronaldo

- CARLOS NOVO

Cristiano Ronaldo pidió ayer disculpas a sus compañeros por sus declaracio­nes en la zona mixta tras el derbi en las que dijo que si todos rindieran como él irían los primeros. El discurso del portugués duró menos de un minuto y no fue replicado por nadie, aunque fue acogido con frialdad. Cristiano insistió en que no quiso menospreci­ar a nadie y que sus palabras iban dirigidas contra la planificac­ión del club en la pretempora­da –demasiados viajes por intereses crematísti­cos que han perjudicad­o la puesta a punto deportiva– y contra los servicios médicos que dirige el doctor Olmo, ya en el punto de mira de la plantilla desde la campaña anterior. A principios de esta temporada los capitanes pidieron que se le negara el acceso al vestuario.

El Real Madrid ha sufrido una plaga de problemas musculares desde julio. Con la de Karim Benzema el sábado, esta es la lesión número 22. Los jugadores entienden, y Cristiano quiso hacer hincapié el sábado, que la metodologí­a que se sigue en la recuperaci­ón de las lesiones no es la adecuada y la prueba es que los futbolista­s tardan demasiado en sanar y en algunos casos, como el de Gareth Bale hace varias semanas o Karim Benzema a principios de curso, recaen.

Las explicacio­nes de Cristiano fueron acogidas con frialdad y deseos de pasar página. No se quiere hacer un mundo de ellas ahora que el equipo necesita aunar todas las fuerzas. Además, la crítica fue dirigida en especial a jugadores con muy poco peso en la plantilla, casos de canteranos como Lucas Vázquez o Jesé, o novatos como Danilo o Kovacic, que tampoco están por indisponer­se con la estrella portuguesa.

La versión que predomina es la que propaga Sergio Ramos, uno de los más afines al portugués en la plantilla. Que hay que entender las declaracio­nes como las cosas de Cristiano, un jugador que es como es, sin dobleces: no es mal tío, pero tiene un ego descomunal que es la base de su competitiv­idad. Jorge Mendes, el agente, ya llamó a los medios el mismo sábado para matizar las declaracio­nes. El propio Cristiano, vía WhatsApp el domingo, ya intentó quitar hierro al asunto.

LA CHARLA El portugués se dirigió ayer a sus compañeros de vestuario menos de un minuto y nadie le replicó

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