La máquina del hockey sobre patines
Mítico portero del Reus Deportiu, seis veces campeón de Europa SANTI GARCÍA (1943-2016)
ASanti García sus compañeros le apelaban la Máquina y en Reus (Baix Camp), a su llegada, los aficionados y quienes seguían siempre al equipo le llamaban el Vanguardia. Santiago García, el padre del mítico portero del Reus Deportiu, seis veces campeón de Europa de hockey sobre patines (1967-72), fue un respetado periodista, jefe de la sección de Deportes de este diario. Pero el apodo que ha acabado en los libros de historia del hockey patines es el primero. “Era una máquina de parar pelotas y de tocar las narices, era muy buen persona, extraordinario, pero siempre se quejaba, era muy chillón, pero era un ángel”, explica aún muy afectado Joan Sabater, el capitán de aquel mítico Reus Deportiu. “Éramos como de la familia, Santi aún seguía viniendo todos los años a Reus a comprar panellets”, comenta Sa-
bater. De fuerte personalidad, Santi García, barcelonés, se integró en la capital del Baix Camp como un reusense más. En la ciudad muchos aún recuerdan sus paradas increíbles, claves en aquel equipo que lo ganó todo durante tantos años. “Era un porterazo, si no el mejor de la historia, uno de los mejores. Intuía la jugada, porque entonces si el portero ponía una rodilla en el suelo, pitaban penalti. Hoy los porteros se arrastran por el suelo y no pasa nada”, recuerda el radiofonista reusense ya retirado Enric Tricaz, durante muchos años la voz que narró los partidos del Reus Deportiu. Tricaz corrobora el fuerte carácter del añorado portero. “Metía broncas a sus compañeros cuando las cosas no iban bien. Era un tipo muy simpático, ahora bien, cuando se ponía los patines, la cosa cambiaba”, explica.
Santi García, que también de- fendió bajo los palos la selección española cuatro veces campeona del mundo y de Europa, es el primer exjugador del Reus Deportiu campeón de Europa en desaparecer. Aún viven Rabassa, el propio Sabater y Vilallonga I y II. Los dos hermanos Vilallonga, grandes amigos del portero, que habían jugado en el Barça, fueron quienes le convencieron para venir a jugar a un equipo de comarcas que acababa de descender a Segunda División. Sabater, que también había jugado una temporada con el Barça, ya conocía a García de su época en el Barcino. “Pensaba que era bueno, pero no tanto, era muy ágil y tenía unos reflejos espectaculares, es sin duda uno de los mejores porteros de la historia, si no el mejor”, destaca quien también fue presidente del Reus Deportiu.
Si algo diferenciaba a Santi García, que jugó catorce tempo- radas con el Reus y ganó también siete ligas, tres Copas del Rey y un Mundial de Clubs, eran sus actuaciones cruciales en las finales y partidos decisivos. Sus compañeros sabían que no fallaría. Ahora bien, en los partidos intrascendentes, aún se le recuerda alguna actuación poco acertada. “Le metían rápido dos o tres goles y se cabreaba mucho”, explica Sabater. Del portero ya retirado recuerdan todos su sensatez, con una cabeza muy clara, y su pasión por el RCD Espanyol. “Era muy periquito, lo que demuestra que era una muy buena persona”, bromea Tricaz, también aficionado blanquiazul. También fue durante años, antes de dejarlo, gran
Sus compañeros le apodaban ‘la Máquina’ o ‘el Vanguardia’, porque su padre fue jefe de Deportes
aficionado al tabaco. “Fumaba hasta en los medios tiempos”, recuerda el también mítico capitán rojinegro.
Si algo diferenció aquel Reus Deportiu hexacampeón de Europa, todo un fenómeno de los años sesenta y setenta, cuando el hockey sobre patines se jugaba de forma mucho más directa y veloz, es que aquel equipo estaba integrado por amigos. “Me duele decirlo, pero me recuerda al Barça actual”, explica Tricaz. Santi García falleció la pasada semana a los 72 años por enfermedad. En Reus, donde el hockey sobre patines es tradición y orgullo, no olvidarán jamás a su Máquina.