Puigdemont vincula el espíritu de la Caputxinada con el proceso catalán
“No hay represión ni violencia que evite el deseo de la mayoría”, proclama el president
“Hoy, cincuenta años después, nos sentimos directamente vinculados al espíritu de los actos protagonizados por los que sufrieron la represión por defender la democracia”. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, reivindicó con esta afirmación el espíritu de “combate democrático” que representó la Caputxinada y lo relacionó con el proceso soberanista que se está viviendo en estos momentos en Catalunya, durante el acto conmemorativo del quincuagésimo aniversario de la asamblea constituyente del Sindicat Democràtic d’Estudiants de la Universitat de Barcelona (Sdeub) celebrado ayer en el paraninfo del edificio histórico de la universidad.
El jefe del Govern recordó la Caputxinada como “una aberración más del régimen franquista” por el hecho de “detener a la gente por ejercer la democracia” y “criminalizar la libertad” y, salvando las distancias, trazó un paralelismo entre aquella situación y la presente. Él mismo reconoció que cincuenta años después las cosas han cambiado mucho y algunos de los episodios de aquella época “afortunadamente son impensables y forman parte de un pasado superado”, pero a pesar de ello declaró que los gobernantes actuales de Catalunya “nos sentimos directamente vinculados al espíritu de los actos protagonizados por los que sufrieron la represión por defender la democracia, desafiaron las leyes de entonces, el ordenamiento vigente entonces, y quisieron construir un país mejor a partir de la voluntad de la gente”.
Unas circunstancias que, a juicio de Carles Puigdemont, son la evidencia de que “la historia en general, y esta en particular, demuestra que no hay represión ni violencia física, verbal, jurídica, política que pueda evitar el deseo de la mayoría”. “Hoy como hace
cincuenta años la manera catalana era y es la manera más europea de defender la democracia y su ejercicio: asamblea, diálogo y paz”, remachó el presidente de la Generalitat, que significativamente quiso concluir su parlamento con la última frase del poema de Salvador Espriu Inici de càntic en el temple, musicado por Raimon, reproducido en vídeo en el acto: “Ens mantindrem fidels per sempre més al servei d’aquest poble”.
La conmemoración de los cincuenta años de la Caputxinada, en la que además de las autoridades y los representantes del mundo académico estuvieron presentes algunos de los fundadores del sindicato de estudiantes hoy convertidos en profesores, sirvió para que el rector de la Universitat de Barcelona, Dídac Ramírez, firmara una resolución por la que se revocan las sanciones académicas impuestas a 28 estudiantes y 67 profesores que participaron en aquella asamblea constituyente celebrada entre el 9 y el 11 de marzo del 1966 en el convento de los capuchinos de Sarrià. Una medida que hizo extensiva a todos los que recibieron sanciones académicas durante los años del franquismo por motivos políticos.
La Universitat de Barcelona revoca todas las sanciones académicas impuestas durante el franquismo