La Vanguardia

Potencia y práctica

- Ronald Koeman R. KOEMAN, exjugador del Barcelona

La verdad es que ya me imaginaba que era uno de los que más penaltis había marcado para el Barcelona pero no el que más. Quizás pensaba que me superaba Kubala, con el que me comparaban los socios. Yo no le vi jugar mucho pero recuerdo que me hablaban de su excepciona­l disparo. Decían que nos parecíamos en eso, en la potencia.

Desde pequeño, cuando empecé a jugar, me hice cargo de los penaltis de mis equipos. No recuerdo si fue porque un entrenador vio ese potencial en mí, porque los compañeros me lo pidieron porque chutaba fuerte o fui yo el que lo dije. Pero siempre fue así. Incluso cuando debuté con el Groningen en la Primera División holandesa con 17 o 18 años y acababa de subir al primer equipo me encargué de los penaltis.

Así, a fuerza de chutarlos siempre, me convertí en un especialis­ta. Eso no quiere decir que los marcase todos sino que tenía confianza en mí mismo y estaba tranquilo cuando me tocaba chutar. En cuanto el árbitro pitaba un penalti, yo ya sabía que me tocaba a mí. Porque todos quieren chutar un penalti con 3-0 en el marcador. Lo difícil y lo valiente es atreverse a chutarlo cuando el partido es importante y el resultado está igualado.

Yo solía esperar a que el portero se moviese. Durante la carrerilla siempre miraba al portero y no decidía hacia dónde tirar hasta el último paso antes de llegar al balón. Algunos porteros se tiraban demasiado pronto y podía elegir chutar hacia el otro lado de la portería. El problema es si el portero aguanta, entonces hay que elegir en ese último paso qué vas a hacer. Por eso, para no dudar, en los momentos importante­s yo decidía antes de empezar a correr lo que quería hacer: entonces escogía un sitio y chutaba fuerte y colocado.

Más que en el de la tanda de la final de la Copa de Europa de 1988 contra el Benfica, la vez que más nervioso me puse fue en la semifinal de la Eurocopa de ese año contra Alemania. Ellos jugaban en casa e iban ganando 1-0 ya en la segunda parte. Fue un penalti muy difícil porque tenía que servir para empatar. Engañé a Immel. Van Basten marcó el 2-1, nos metimos en la final y ganamos.

Con el Barça no podré olvidar nunca mi primer partido contra el Madrid. Era la temporada 1989-90 e íbamos 1-1. Antes me había estrenado desde los 11 metros, en la Liga y en la Recopa. Pero ese día era contra el Madrid. Y el árbitro pitó un penalti con el que podíamos ganar. Era importantí­simo. Chuté y marqué. Después hubo otro penalti y volví a acertar. Pero el árbitro me lo hizo repetir porque hubo jugadores que entraron en el área antes de tiempo. Así que repetí y marqué otra vez. Con tranquilid­ad. Casi igual. Fueron tres penaltis marcados en un clásico, aunque sólo valieron dos. Por eso digo que la teoría importa poco. Lo que vale en los penaltis es la práctica.

En mi primer clásico marqué tres penaltis, aunque sólo contaron dos; con tranquilid­ad

 ?? PATRICIO SIMÓN / ARCHIVO ?? Ronald Koeman se dispone a tirar un penalti ante el Espanyol en 1992
PATRICIO SIMÓN / ARCHIVO Ronald Koeman se dispone a tirar un penalti ante el Espanyol en 1992

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain