Nueva invasión y desafío de los manteros en la Rambla
La protesta se desarrolló entre las 17 y las 19 horas, tal como habían pactado los vendedores con los Mossos d’Esquadra
Justo la semana en que el Ayuntamiento de Barcelona puso sobre la mesa a los manteros un plan de formación y empleo alternativo a la venta de productos falsificados... Justo cuando el fiscal superior de Catalunya, José María Romero de Tejada, anunció que el ministerio público actuaría de oficio contra la venta ambulante ilegal, el top manta demostró su fuerza este sábado con la mayor concentración de vendedores de los últimos fines de semana en Barcelona.
Personas de toda Catalunya plantaron sus sábanas blancas en las aceras de la Rambla hasta más allá del cruce con la calle del Bonsuccés, y ocuparon tramos en los que pocas veces se habían atrevido a vender, como la calle Pelai o la mismísima plaza Catalunya, frente a la terraza del Zurich.
El denominado mercadillo rebelde arrancó a las cinco de la tarde y en ese momento el responsable de seguridad ciudadana de guardia de los Mossos d’Esquadra se acercó y levantó un acta de protesta no autorizada, sin identificar a ningún organizador. El día anterior, el grupo de mediadores de la policía autonómica negoció con varios representantes de los colectivos de apoyo a los manteros cuánto duraría la protesta y dónde se haría. El pacto se respetó: los manifestantes recogieron sus bártulos a las 19 horas, tal como habían anunciado. Previamente, los organizadores pedían a los manteros que no traspasaran la frontera de la Rambla con Bonsuccés, como también se habían comprometido.
El letrado Andrés García, del centro Iridia, que participó en esa mesa de mediación, mostró su satisfacción por el desarrollo de la protesta y la gran cantidad de personas que fueron a la Rambla, con carteles para apoyar al colectivo. “La gente se solidariza con quienes sólo pretenden ganarse la vida y a los que el sistema no ofrece más alternativa que la ven- ta en la calle”, dijo. Un responsable del colectivo Tras la Manta denunció la poca visión del Ayuntamiento, al que acusan de haberse precipitado al anunciar más presión policial y sanciones contra los compradores, en un momento en que muchos miembros del colectivo son partidarios de aceptar el plan planteado por el Consistorio. “El grupo mayoritario de vendedores está integrado por senegaleses. Están muy organizados y dispuestos a dejar de vender material falsificado y comercializar artesanía u otros productos en mercadillos sociales o municipales si se les autoriza”, indicó un portavoz.
Los manteros también tomaron la palabra durante la protesta. Sus portavoces, mientras decenas de ellos vendían a buen ritmo sus productos, denunciaron que se les llame ilegales en un país en el que “no somos nosotros, sino algunos políticos los que están engañando a los ciudadanos”.
La Guardia Urbana se mantuvo tan alejada que ni siquiera se vio a la pareja que habitualmente pasea por la Rambla como policía de proximidad. Si el Consistorio quiere seguir adelante con su objetivo de sancionar a los compradores de productos falsificados, desde luego ayer no empezaron a multarlos porque en el zócalo de la Rambla el comercio era más relajado que nunca. Había tal convencimiento y seguridad de que no se acercaría la policía, que por una vez se pudo ver a los manteros confiados, describiendo las bondades de su mercancía con calma, sin estar permanentemente en alerta... Y ese clima reivindicativo, casi de fiesta y de victoria, alegró las ventas.