Gabriel Rufián

diputado de ERC en el Congreso

Rufián se lo piensa siempre mucho. Y cuando habla mira para allá, como al infinito. Saluda sonriendo a todos y Pilar Rahola le dice que huele muy bien. Cachondeo general. “Díselo a mi mujer, que me ha regalado este perfume”. Es Hugo Boss. “Como el de mi marido” –remata Rahola.

Entra el subdirector del programa Jofre Llombart al estudio. Le pongo en un compromiso, fuera de micrófono, porque delante de Rufián le pido que lo imite. Jofre es gracioso y, además de un excelente periodista, es un tipo que vale mucho la pena. Y encima nos hace reír. Imita a la perfección a Rufián. “Vaaaa”, gritan todos, incluido el diputado de Esquerra. No se atreve. La vergüenza ajena. Sale, después de la entrevista, su semejanza con el artista Miguel Poveda. Y le cuento que un día, justo antes de Navidad, en un restaurante japonés cerca de los estudios de RAC1 estaba Oriol Junqueras, presidente de ERC, comiendo con un grupo de gente cuando entró Poveda al restaurante. Los dos se saludaron y Junqueras le dijo al cantaor de Badalona: “¿Que tal Rufián?” y Poveda contestó: “No eres el primero que me compara con él”. De hecho se parecen mucho.