Imágenes enigmáticas
FotoColectania reúne una fabulosa colección de fotografías anónimas o de autores desconocidos rescatadas en mercadillos de viejo
Desde hace cuatro décadas Michel Frizot recorre rastrillos y mercados de las pulgas, bazares y comercios en liquidación, recolectando imágenes olvidadas; postales, archivos de prensa, instantáneas tomadas por familiares y amantes, fotógrafos anónimos o completamente desconocidos que encendían en él una chispa de asombro o le provocaban el mismo efecto que un gran interrogante sumiéndolo en un estado de perplejidad.
Las siluetas de unos aviones minúsculos recortadas en el cielo, un grupo de niñas durmiendo la siesta recostadas unas sobre otras en medio del campo, un globo que sobrevuela las cabezas de unos encapuchados, una modelo desnuda tratando de alcanzar algo que no alcanzamos a ver, una pareja cazada furtivamente mientras practica sexo en un parque o esa niña que se entromete en el retrato de una jo- ven desde detrás de un falso muro.... Imágenes extrañamente familiares y a la vez maravillosas que le revelaron algo que su ojo experto de historiador y teórico hace tiempo venía detectando: “Toda fotografía es un enigma”.
Un descubrimiento que Frizot, director del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) y profesor de la École du Louvre, quiso compartir en un libro Photo Trouvee (Phaidon, 2006), escrito junto al investigador Cédric de Veigy, y ahora presenta también en formato expositivo. La insólita y fascinante muestra que ahora llega a FotoColectania se titula justamente Toda fotografía es un enigma y reúne más de un centenar de imágenes de su colección. “Pero no se trata de una exposición sobre mi colección, sino sobre la mirada, una invitación a reflexionar sobre cómo miramos y a volver a mirar de nuevo”, precisa el también comisario.
Las fotografías desenterradas por Frizot necesitan de la astucia y la empatía de los ojos que las miran. Imágenes puras o ingenuas, despojadas de pretensiones artísticas y documentales, para cuya lectura no es necesario el conocimiento o el reconocimiento del talento de su autor, de sus intenciones, sino que desarmados de los códigos de lectura convencionales lo que entra en juego son nuestras emociones, nuestra propia experiencia, nuestros recuerdos e imaginación. Unas fotografías mundanas, y no domesticadas, ante las que “ya no nos tratamos de reconstruir la intención del autor, sino todo aquello que las rodea, los contextos en que fueron tomadas”, señala Frizot. “Y por eso no tienen una significado único: el fotógrafo les da uno y cada espectador le añade el suyo. Por eso son tan especiales”, concluye.
La fotografía, sostiene, es un enigma que nace “de la distancia entre lo que vemos y lo que la cámara ha capturado. Entre la percepción del ojo humano y la captu- ra fotosensible de la cámara”. La muestra, que abre un año temático en FotoColectania en torno a una misma pregunta: ¿Pero qué es la fotografía?, se divide en once ámbitos temáticos que exploran esa cualidad enigmática del hecho fotográfico desde diferentes puntos de vista: el del fotógrafo, el del objeto fotografiado y el del observador. La exposición incluye también una pequeña pero deliciosa sección dedicada a las imágenes estereoscópicas, una técnica que se remonta a los orígenes de la fotografía para ver en relieve , y que aquí se pueden contemplar a través de unas gafas 3D.
Las imágenes han sido ‘resucitadas’ por el reconocido historiador y teórico de la fotografía Michel Frizot