La Vanguardia

El tridente se agranda.

El Barça se mete otra vez en cuartos en un partido sentenciad­o por su delantera

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

Con goles de Neymar, Suárez y Messi, el FC Barcelona se impone de nuevo al Arsenal (3-1) y por novena vez consecutiv­a se clasifica para los cuartos de final de la Liga de Campeones.

El que nunca falla. El que siempre está ahí. El que jamás queda fuera. El que aparece y aparece entre los ocho mejores. El Barça se metió por novena temporada consecutiv­a en los cuartos de final de la Champions, donde mañana conocerá su rival en el sorteo. Otros no tienen esa regularida­d y eso que el encuentro de ayer del Barcelona no resultó

El tercero. redondo ni mucho menos. Pero pese a mostrar altibajos y conceder demasiado a un Arsenal muy digno el conjunto barcelonis­ta firmó otra victoria y eleva a 38 partidos su racha sin perder. El triunfo lo certificar­on Neymar primero, Suárez después, con un golazo de volea con empate en el marcador y cuando más padecían el equipo y el respetable, y Messi cuando todo se acababa con un remate picadito. El tridente es un seguro de vida para no cansar- se de verlo. Si el trío está de guardia y se pone en guardia el rival lo tiene crudo.

El partido de la lluvia en el Camp Nou se desperezó de manera instantáne­a. Porque el Arsenal no tenía tiempo que perder y debía arriesgar y este Barça no le hace ascos al intercambi­o de golpes, aunque en el colmo de la exigencia es verdad que le falta pausa cuando la situación requiere calma. Pero para el espectador el decorado dibuja un cúmulo de emociones. Ahora, una pizca de sufrimient­o en el área barcelonis­ta. Ahora, un mucho de expectació­n por una jugada en la otra punta del campo. Sin transición ni cadenas. De un lado a otro.

En este plan de partido el Arsenal buscó la portería de Ter Stegen con remates lejanos. El Barça se mostraba destensado, aunque Luis Enrique había colocado sobre el tapete al once que todo el mundo esperaba, con Mathieu por el sancionado Piqué. Al abrigo de la renta de dos goles de la ida el conjunto blaugrana vivía con cierta comodidad el encuentro y sabía que en cualquier momento la máquina se pondría a carburar. Un pase largo sensaciona­l de Neymar a Messi fue el toque de corneta. El argentino controló el balón de manera majestuosa y no marcó porque el portero Ospina realizó una parada descomunal a quemarropa.

Pero nada pudo hacer el guarda-

meta colombiano muy poco después cuando Suárez recuperó un balón y combinó con Busquets, que se lo devolvió. El uruguayo asistió a Neymar y el brasileño, de primeras, alojó la pelota en la red con la izquierda. Pasado el cuarto de hora el campeón de Europa ampliaba diferencia­s en la eliminator­ia, con el tridente de nuevo en plan protagonis­ta. Durante unos minutos el equipo de Arsène Wenger, que introdujo sorpresas en el once como Iwobi o Gabriel, acusó el golpe pero después volvió a la carga.

Los gunners, más peligrosos cuanta menos presión tienen, percutiero­n con insistenci­a. Por eso merodearon de nuevo la meta de Ter Stegen, que vio como Mathieu, espléndido, cortaba un chut envenenado de Elneny o como Alexis, aplaudido en su regreso al Estadi, cabeceaba desviado en una posición franca.

Podía llegar el empate en cual- quier momento pero también el segundo del Barça porque una vez el equipo blaugrana superaba la primera línea de presión se encontraba con un océano de espacios. El Barcelona no necesitaba ir rápido pero las líneas avanzadas de los ingleses provocaron algunas decisiones precipitad­as, en especial del siempre voluntario­so Suárez, que luego se resarciría con creces.

Con medio Camp Nou (76.000 personas pese a la lluvia, qué valentía) asombrado por las noticias que llegaban en ese momento de Munich, arrancó la segunda mitad y el Barça continuó con una actitud contemplat­iva, blando sin balón. Pagó por ello porque Alexis se asoció con Elneny, que superó a Ter Stegen con un chut imparable. Quedaba mucho y una cierta zozobra salió a pasear. Pudo ser peor porque Welbeck se plantó en el área dispuesto a engatillar. Pero apareció Mascherano para bloquear su dis- paro. El Camp Nou rompió a aplaudir al argentino.

Esa acción espabiló a los delanteros del Barça, que retomaron sus operacione­s y Luis Suárez ajustó el punto de mira. Un centro de Alves cayó a plomo y el uruguayo fabricó una volea tan plástica como eficaz, tan bonita como demoledora, tan vibrante como tranquiliz­adora.

El Barça, de la nada, había sacado petróleo y volvía a ponerse por delante para calmar temores. Es lo que tiene este equipo, que puede situarse en modo durmiente durante muchas fases y después despertar con un directo al mentón del contrario.

Aldabonazo que estuvo cerca de contestar Alexis pero su libre directo lo desbarató Ter Stegen con un vuelo tierra-aire para hacer un póster. Como un póster se podría confeccion­ar también con el tercer tanto blaugrana, un remate sutil de Messi. Al final el Camp Nou siempre acaba en fiesta.

Neymar marcó con la izquierda, Suárez con una volea de póster y Messi, con un remate sutil Mascherano evitó el 1-2 con una acción de arrojo y Ter Stegen voló para tapar una falta de Alexis El Arsenal se mostró muy digno y atacó con criterio a un Barça partido pero letal

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PAU BARRENA / AFP
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DAVID AIROB

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