El palacio de Cayetana de Alba abre sus puertas
El duque de Alba abre al público parte de la residencia museo de Cayetana Fitz-James Stuart en Sevilla
El espíritu de Cayetana de Alba pasea por sus estancias, reza en la capilla, lee en la biblioteca o todavía se marca una sevillana, acompañada por Enrique el Cojo, en el tablao donde la duquesa aprendía esos palos del arte flamenco que tanto amó. Pero también puede vislumbrarse la figura de un Antonio Machado niño, jugando en las esquinas del patio donde madura el limonero que le vio nacer en 1875 cuando su padre era el administrador de las casas de vecindad que formaban parte del inmueble.
El palacio de las Dueñas abre al público convertido en espacio cultural. Más de 1.900 metros cuadrados, de un total de casi 9.000 que ocupa el palacio, y 600 piezas artísticas jalonan la visita, aunque no se podrá acceder a la planta superior, que la familia reserva para la intimidad de los Alba. No importa. Merece la pena la visita para poder mezclarse con los fantasmas de otros ilustres visitantes de la casa como Eugenia de Montijo, Eduardo VIII, Alfonso XIII, Jacqueline Kennedy o Grace Kelly y su marido Rainiero de Mónaco.
El inmueble de origen góticomudéjar, levantado en el siglo XV y remodelado después al estilo renacentista, podrá ser visitado por los sevillanos, que podrán acceder gratuitamente la tarde de los lunes. El resto de la semana tendrá que abonar una entrada de ocho euros. A cambio, el visitante podrá sumergirse en la verdad del palacio que más juego ha dado a la imaginación del pueblo llano.
Carlos Fitz-James Stuart, el nuevo duque de Alba, se ha implicado personalmente en la conversión de la última morada de su madre en un nuevo atractivo cultural de Sevilla. Su intención es dar a conocer al mundo la gran labor de mecenazgo artístico y conservación del patrimonio que viene haciendo la Casa de Alba desde hace siglos. Un empeño personal en cuya inauguración quiso estar personalmente, junto a la consejera de Cultura, Rosa Aguilar. “Prometí que abriría el palacio para disfrute de los sevillanos y lo he cumplido”, señaló.
“Nuestra premisa ha sido no intervenir demasiado, mantener el estado esencial del edificio”, señala Ricardo Gascó, gerente del proyecto. “La intervención se ha limitado a renovar las instalaciones eléctricas, montar los sistemas de vigilancia y contra incendios y algunas cuestiones técnicas más, pero lo hemos hecho de tal manera que no se note nada”, declara.
Entre los espacios abiertos al público está el Salón de Carteles, que reúne anuncios de las fiestas de Sevilla y Jerez desde el siglo XIX; el salón de la Gitana presidido por la escultura del valenciano Mariano Benlliure de una mujer contoneándose; la antecapilla y la capilla del complejo, donde se concentran algunas de las mejores pinturas de la casa; varios patios, entre ellos el del Aceite y el jardín de Santa Justa; el salón de lectura; las caballerizas, bajo las cuales existen unos baños árabes que no han sido excavados y el tablao de Cayetana, donde se expone un vestido de gitana en tonos verdes, uno de los más queridos y utilizados por la duquesa de Alba.
De las 600 piezas de arte al alcance del visitante se encuentran esculturas del tiempo de los romanos, jarrones, tapices flamencos, mobiliario de diversos estilos y
Se pueden ver 600 piezas artísticas, pero se reserva la planta superior para la familia
La gran expectación existente hace prever cien mil visitas antes de fin de año
pinturas como La Epifanía de Luca Giordano o Santa Catalina entre santos de Neri di Bicci, una tela del siglo XV. Álvaro Romero Sánchez-Arjona, historiador de la Casa de Alba, destaca un león de procedencia íbera, estatuas romanas, entre ellas media cabeza del emperador Trajano; un brocal de época musulmana, varios bargueños alemanes y, especialmente, los artesonados, de los que veinte son totalmente originales y fijan su procedencia en el siglo XVI, así como partes de la solería original que aún se conservan en perfecto estado.
Y por supuesto los diversos pa- tios del inmueble, como el del Aceite o el ya referido del Limonero, pero especialmente el patio Principal, una de las mejores expresiones del arte morisco sevillano a imagen de la decoración del Alcázar que tanto se reprodujo en las casas nobiliarias cuando el romanticismo volvió su mirada a las
construcciones y la decoración orientalizante.
La expectación por la apertura del palacio de las Dueñas es máxima. Desde el primer día de compra de entradas a través de internet se han cubierto ya las visitas para varios meses. “Calculamos que de aquí a final de año estare- mos en torno a las cien mil visitas”, señala Gascó, quien insiste en que el proyecto es una iniciativa de Carlos Fitz-James, que de esta manera quiere “pagar a Sevilla y los sevillanos parte del cariño que siempre profesaron a su madre”.
Las visitas no serán guiadas “porque pretendemos que el visitante pueda verlo todo con tranquilidad, a su aire, empleando el tiempo que necesite y quiera”, dice Gascó. Para entender la historia y la riqueza del monumento se ha habilitado un servicio de audioguías, así como carteles explicativos perfectamente integrados en el entorno.