Jaume Masià
Más del 30% de la cirugía conservadora en cáncer de mama queda mal
CIRUGÍA PLÁSTICA H. SANT PAU
El jefe de cirugía plástica de Sant Pau-el Mar organiza cada año un encuentro interactivo de cirujanos expertos en mama que este año reclaman una revisión de la calidad quirúrgica que se ofrece a las pacientes con este cáncer.
El enorme salto en la supervivencia en el cáncer de mama que ha propiciado la medicina ha permitido que en los últimos 20 años se generalizara una cirugía conservadora, la que intenta extraer sólo el tumor y mantener el máximo de tejido y piel propios, con la intención de minimizar el impacto del tratamiento en la vida de la paciente. Fue un gran avance frente a las cirugías radicales previas, que llegaban a quitar hasta el músculo pectoral. Pero los cirujanos plásticos expertos en mama reclaman ahora una revisión: entre el 30% y el 40% de las mamas operadas con cirugía conservadora quedan mal. Pechos asimétricos, endure- cidos, insensibles. “No tiene sentido que con las cifras de supervivencia conseguidas con los tratamientos del cáncer de mama estemos provocando una mala calidad de vida”, explica el cirujano plástico Jaume Masià, responsable de este servicio en los hospitales de Sant Pau y el Mar y coordinador del Barcelona Breast Meeting, el encuentro anual de expertos en este campo de 28 países. “Hemos de revisar las indicaciones de este tipo de cirugía a la luz de estos pobres resultados”.
Los datos proceden de un estudio francés, pero se repiten en la experiencia de los especialistas reunidos procedentes de Italia, España o el Reino Unido. La cirugía conservadora es la opción elegida en entre el 60% y el 70% de los tumores de mama. “Pero no siempre incluye una reconstrucción inmediata del pecho ni la re-
UNA SITUACIÓN COMPARTIDA
Una revisión de casos en Francia advierte sobre la frecuente mala solución plástica
LA OPCIÓN RADICAL
Los especialistas creen que deberá aumentar entre un 5% y un 10%
paración la realiza un cirujano con suficiente conocimiento”, denuncia Masià. “Ocurre en todos estos países, no es exclusivo de España. Los hospitales de más complejidad, como los grandes centros de Barcelona, cuentan con unidades multidisciplinarias que incluyen oncólogos y cirujanos plásticos, pero otros muchos hospitales, desde en Tortosa hasta en Figueres o Ciudad Real, operan mamas y no tienen este apoyo, no tienen conocimientos técnicos que podrían garantizar resultados que permitan mantener una buena calidad de vida. Hablamos de personas activas, con relaciones, con familia”.
Los plásticos reclaman una auditoría de los resultados de esta cirugía y reconocen que se sienten decepcionados. Creen que en algunos casos habrá que pensar de nuevo en la vieja mastectomía, hoy limitada a las mamas más afectadas, a los tumores pequeños pero con una alteración genética de alto riesgo, y a las mujeres sanas con esta mutación que se extirpan los pechos de forma profiláctica (como fue el caso de Angelina Jolie). “Las indicaciones de mastectomía radical deberán aumentar entre un 5% y un 10%”, apunta e cirujano. Pero, sobre todo, lo que más deberá crecer es el número de mujeres operadas a quienes se les haga reconstrucción parcial de las mamas y no sólo extirpación del tumor.
Que la opción elegida sea de cirugía conservadora o radical no incide en la seguridad del tratamiento. “La supervivencia no es lo que está en juego. Ni siquiera la reaparición del tumor, aunque haya más entre las operadas con cirugía conservadora. El cáncer de mama es muy complejo. El tumor puede reaparecer también no teniendo nada de tejido mamario. De lo que hablamos es de recuperar una vida normal, de sentirse una persona sana”, sostiene Jaume Masià.
El problema de la reconstrucción de la mama después de qui-
tar un tumor es una constante desde hace años. Antes, porque la reconstrucción se demoraba y se demoraba por listas de espera, ya que no era urgente; luego, cuando las unidades de mama de los grandes hospitales instauraron como norma general la reconstrucción inmediata –incluso en la misma sesión de quirófano–, porque la radioterapia no era compa- tible con los implantes o provocaba reacciones en los tejidos que no siempre se tenían en cuenta o se sabían resolver en el quirófano. Así que muchas mujeres esperaban y esperan hoy. “La radiación no es un obstáculo si se realiza con conocimiento en cirugía plás- tica”, insiste Masià. No se puede poner una prótesis, pero sí reconstruir con tejido propio, y teniendo en cuenta las deformaciones que provoca la radiación.
Desde el punto de vista de los plásticos, una mama pequeña con un tumor que afecte a más del 25%-30% de su volumen necesita reconstrucción inmediata aunque haya que irradiar luego. “En el caso de una mama grande con un porcentaje semejante afectado, probablemente sea más lógico estudiar una redistribución volumétrica: reducir y levantar la otra e igualar las dos”, opina Masià.
Las afectadas son cada vez más radicales en sus decisiones. Prueba de ello es la mastectomía profiláctica, la extirpación de ambas mamas para evitar un elevado riesgo de cáncer de mama por una alteración genética: la demanda de información ha crecido en toda Europa un 30% y sigue creciendo. “En el Guy’s and St. Thomas de Londres adelantamos al máximo el consejo genético y los análisis. Tenemos más demanda de doble mastectomía, también cuando se trata de simples historias familiares de enfermedad, con o sin lesión premaligna”, asegura Jian Farhadi, responsable de cirugía reconstructiva de ese hospital.
QUÉ ES MEJOR
El tipo de operación no incide en la seguridad del tratamiento, pero sí en la calidad de vida
EN TODA EUROPA
Las consultas para extirpar ambas mamas como prevención han aumentado un 30%