El sector energético frena por segundo año la emisión de CO2 a la atmósfera
China y EE.UU. imprimen un cambio de tendencia al reducir el uso de carbón
El sector de la energía (térmicas, refino, cementeras...) se afana en demostrar que hace esfuerzos para mitigar el calentamiento. Las emisiones de dióxido de carbono (CO ) relacionadas con la energía se mantuvieron estables el año pasado por segundo año consecutivo, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). El menor uso del carbón para producir electricidad y un aumento de las fuentes renovables explican la disminución en este ámbito del principal gas que está modificando el clima.
Los nuevos datos lo confirman: “Hemos visto cómo durante dos años seguidos las emisiones de gases de efecto invernadero se han desligado del crecimiento económico”, sentenció el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol. Las cifras se difunden pocos meses después del acuerdo de la cumbre del clima de París, que estableció el primer pacto mundial para luchar contra el calentamiento global.
Según la AIE, las emisiones mundiales de CO se situaron en 32.100 millones de toneladas en el 2015, lo que significa que se han mantenido en ese nivel anual desde el 2013. En esta evolución han desempeñado un papel clave las fuentes renovables, que han supuesto el 90% de la generación de nueva electricidad en el 2015. Concretamente, la eólica fue la responsable de más de la mitad de esa nueva electricidad producida.La economía creció en el 2015 un 3 %, por lo que la AIE juzga que hay pruebas de que se está desacoplando el vínculo entre el desarrollo económico y el aumento de las emisiones. En los últimos 40 años sólo ha habido cuatro pe- riodos en que las emisiones de CO no crecieron, y en tres de ellos esta situación tuvo lugar en momentos de crisis económicas globales.
China y Estados Unidos son los protagonistas de este cambio de panorama. China disminuyó un 1,5% sus gases en el sector energético (debido a un menor uso del carbón) y aumentó la producción de fuentes renovables (hidráulica y eólica). Por su parte, EE.UU. las redujo el 2% porque ha ido supliendo el carbón (con altísimo poder para calentar la atmósfera) por el gas natural (obtenido mediante factura hi- dráulica de la roca, fracking). No obstante, estas disminuciones se compensaron con el aumento de las emisiones en la mayor parte de las demás economías asiáticas en desarrollo y en Oriente Medio.
“El documento de la AIE muestra que el mundo va por la senda de la eficiencia energética y la transición hacia un modelo energético basado en energías limpias y renovables”, dice Jaume Morrón, ge- rente de la Associació Eòlica de Catalunya, quien ve signos contrarios a esta tendencia: en España “el parque eólico español apenas aumentó el año pasado, el carbón fue la segunda fuente de generación eléctrica y las emisiones de gases de efecto invernadero del sistema eléctrico español crecen”, añade. en s u valoración. Sus estimaciones indican que las emisiones de CO crecieron el año pasado un 16% respecto al 2014. ¿Causas? “España expulsa a los inversores energéticos, paraliza la renovación del parque de generación y vuelve a una electricidad más sucia y más cara”, dice.
“Los mensajes de la AIE son desmovilizadores para la sociedad, pues proyectan la impresión de que no es necesario hacer ningún cambio y de que ya hay quien se preocupa del cambio climático”, opina en cambio Samuel Martín-Sosa, dirigente de Ecologistas en Acción. “Y esa impresión no es cierta. El problema del cambio climático requiere cambios en la estructura social, en el metabolismo energético y el sistema económico, y nada de eso se ha producido”, añade. Martín Sosa sostiene que es “materialmente imposible” que de forma continuada la economía vaya a alza y al tiempo que las emisiones decrecen; y por eso estima que dos años es poco tiempo para concluir “que se ha conseguido el desacoplamiento económico”.
Este experto sostiene que los datos de la AIE tienen algunas lagunas. “Las emisiones furtivas a la atmósfera de gas natural en EE.UU. son muchísimo mayores de lo que se pensaba, por lo que los beneficios climáticos no son tales. Las emisiones del transporte no paran de crecer, y los sectores de la aviación y el transporte marítimo quedaron fuera del acuerdo de París...”, dice.
“En los últimos dos años los gases invernadero se han desligado del crecimiento económico”, dice la AIE En España, el carbón fue la segunda fuente de generación en el 2015 y el parque eólico apenas aumentó