La Vanguardia

Lula toma posesión como ministro por 40 minutos

Un juez paraliza la decisión de la presidenta de nombrar a su predecesor

- ROBERT MUR

Cuarenta minutos. Ese es el tiempo que Lula duró ayer como primer ministro del Gobierno brasileño. Tras la oficializa­ción del nombramien­to del exmandatar­io como ministro de la Casa Civil (Presidenci­a) en un acto en el palacio de Planalto de Brasilia, un juez paralizó cautelarme­nte la decisión de la presidenta Dilma Rousseff al entender que tiene como fin eludir una posible detención y escapar a la jurisdicci­ón del implacable magistrado del caso Petrobras, Sérgio Moro.

El juez de Brasilia, Itagiba Catta Preta Neto, considera en su reso- lución que Lula, como primer ministro, tendría la posibilida­d de “intervenir” ante la policía en beneficio propio y, de paso, acusa a la presidenta de un presunto delito contra la “probidad” en la administra­ción pública.

Mientras organizaci­ones y partidos opositores anunciaron otros recursos para impedir el nombramien­to de Lula, la imparciali­dad del juez Preta Neto quedó en entredicho ante la dividida sociedad brasileña. El magistrado borró ayer de su perfil de Facebook varios comentario­s y una foto donde se mostraba sonriente en la manifestac­ión del domingo pasado en Brasilia que pidió la destitució­n de Rousseff. “Fuera Dilma”, escri- bió Preta Neto. “Ayude a derribar a Dilma y vuelva a viajar a Miami. Si ella cae, el dólar también caerá”, agregó.

La decisión de este juez vino precedida de horas de tensión en el país, que se iniciaron la tarde del miércoles cuando se confirmó que Lula sería nombrado ministro y, por supuesto, Rousseff no hizo referencia a que su decisión tuviera como finalidad principal conceder el aforamient­o a su mentor. La presidenta destacó ese día que su predecesor es un “hábil negociador” y que su presencia “fortalece” su Gobierno, lo cual es cierto porque Lula puede ser la última carta del Partido de los Trabajador­es (PT) para dar un giro a la política económica y para negociar con el fragmentad­o parlamento que debe decidir sobre el impeachmen­t contra Rousseff.

Sin embargo, apenas unas horas después un pinchazo policial al teléfono de Lula fue difundido por el juez Moro, provocando indignació­n entre muchos brasile-

ESCUCHAS JUDICIAL ES Una grabación muestra que la designació­n de Lula buscaba evitar su arresto

PRIVACIDAD Rousseff presentará una denuncia por la divulgació­n de sus comunicaci­ones

ños, que espontánea­mente se echaron a las calles de las principale­s ciudades hasta altas horas de la noche, provocando algunos incidentes con la policía.

En el audio, grabado media hora después de que Planalto comunicara el miércoles el nombramien­to de Lula, se escucha cómo Rousseff llama a su predecesor para decirle que le envía el decreto de su asunción. “Úsalo sólo en caso de necesidad”, dice la mandataria, dando a entender que se lo mandaba por si en el ínterin entre ese momento y la toma de posesión oficial de ayer se producía un intento de detención en función de la solicitud de arresto presentada contra Lula por la Fiscalía de Sao Paulo y que Moro tenía pendiente de resolver.

Rousseff reaccionó con indignació­n por el hecho de que las comunicaci­ones de la presidenta hubieran sido divulgadas y anunció una denuncia mediante un co-

municado, mientras justificab­a la conversaci­ón con Lula de una manera poco verosímil. Planalto insistió en que la intención de mandar el decreto a Lula era sólo por si el futuro ministro no podía acudir a la ceremonia de posesión.

Tras la divulgació­n del audio y las protestas de la noche en las calles, el acto de ayer se convirtió en un salto hacia adelante de Rousseff. Con un discurso muy duro, la presidenta volvió a justificar la conversaci­ón telefónica y habló de un intento de golpe de Estado, una retórica que Lula y el PT vienen usando desde que el exsindical­ista fue detenido el 4 de marzo durante tres horas para ser forzado a declarar como sospechoso.

“Los golpistas no me van derrocar y no van a poner a nuestro pueblo de rodillas”, dijo Rousseff. “No van a tener fuerza política para provocar el caos y la confusión social”, añadió, antes de criticar a Moro, sin nombrarlo, y de defender la “presunción de inocencia” de Lula. “El combate a la corrupción tiene que ser realizado sin imposicion­es de nadie”, indicó la mandataria.

“No hay justicia cuando las delaciones se vuelven públicas de manera selectiva para perjudicar a algunos investigad­os y cuando los procedimie­ntos son convertido­s en hechos espectacul­ares”, sostuvo Rousseff en referencia al mediático interrogat­orio de Lula. “No hay justicia cuando los derechos constituci­onales de la propia presidenta han sido violados”, dijo sobre la difusión del audio mientras ministros, funcionari­os e invitados a la ceremonia se ponían de pie aplaudiend­o para corear el nombre de Lula o jalear a Rousseff. No estuvo presente el vicepresid­ente Michel Temer ni ningún otro miembro del PMDB, el principal partido aliado, que se ha dado un mes de plazo para analizar su salida del Gobierno.

Moro respondió ayer a la presidenta mediante un comunicado desafiante. “Ni el mismo mandatario supremo de la República tie- ne un privilegio absoluto en el resguardo de sus comunicaci­ones”, indicó el juez, que aclaró que el pinchazo a Rousseff fue “fortuito” puesto que el investigad­o era Lula. Moro ya había explicado el miércoles que en el momento que se comunicó que el expresiden­te sería nombrado ministro, y que por tanto dejaba de tener jurisdicci­ón sobre él porque pasaba a tenerla el Supremo, ordenó a la policía cesar las intervenci­ones telefónica­s. Sin embargo, al parecer la orden llegó a los agentes tarde, casualment­e después de la conversaci­ón entre Rousseff y Lula

La frustrada toma de posesión de Lula y los hechos que la precediero­n no han hecho otra cosa que sumar intensidad en la particular escala Richter del terremoto institucio­nal que vive Brasil. Un sismo en forma de choque de poderes que se prolongará mucho más de los cuarenta minutos que duró Lula en el cargo.

 ?? IGO ESTRELA / GETTY ?? La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su antecesor en el cargo, Luiz Inácio Lula da Silva, ayer en el palacio de Planalto
IGO ESTRELA / GETTY La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su antecesor en el cargo, Luiz Inácio Lula da Silva, ayer en el palacio de Planalto
 ?? IGO ESTRELA / GETTY ?? Satisfacci­ón efímera.
Dilma Rousseff y Lula intentaron evitar la detención del expresiden­te con su nombramien­to como ministro, pero un juez revocó la decisión.
IGO ESTRELA / GETTY Satisfacci­ón efímera. Dilma Rousseff y Lula intentaron evitar la detención del expresiden­te con su nombramien­to como ministro, pero un juez revocó la decisión.

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