Fiestas de guardar
Portugal recupera como no laborables el día de su emancipación y otras tres jornadas suprimidas durante el rescate internacional
En Portugal volverán a ser festivos este año los días de la independencia y de la república, así como Todos los Santos y Corpus Christi, que se declararon laborables durante los duros ajustes del rescate.
Portugal volverá a celebrar este año el día de su independencia con una jornada no laborable, como también ocurrirá con el aniversario de la implantación del régimen republicano y las festividades religiosas de Todos los Santos y del Corpus Christi. El presidente de la república, Marcelo Rebelo de Sousa, anunció ayer tras visitar al Papa en El Vaticano que hoy mismo promulgará la ley de reposición de los cuatro festivos eliminados durante el rescate internacional por imposición de la troika, a iniciativa de la actual mayoría parlamentaria de socialistas, Bloco de Esquerda y comunistas. Se trata de una de las medidas más populares del pacto suscrito entre estos tres partidos para investir primer ministro a António Costa. Y además este año tiene el añadido de que permite hacer tres puentes.
La vertiente más polémica de la eliminación de los festivos efectuada en el 2012 fue la del 1 de diciembre, el día en el que se conmemora lo que en Portugal se conoce como la restauración de la independencia, en referencia a la sublevación de 1640 que supuso su definitiva separación de España, tras la anexión efectuada durante el reinado de Felipe II, en 1580. António Ribeiro e Castro, diputado del CDS, el socio menor de la coalición conservadora que gobernaba entonces Portugal, encabezó la protesta contra la supresión de esa fecha no laborable.
“Acabar con el festivo del pri- mero de Diciembre sería atacar de peor forma la independencia nacional de Portugal; sería herirla en su propio espíritu. El día en el que señalamos nuestra independencia nacional, la fecha en la que festejamos nuestra libertad como pueblo liberado del yugo extranjero, es el más importante de nuestra vida colectiva”, escribió Ribeiro e Castro en su libro 1 de diciembre. Día de Portugal.
Ribeiro e Castro fue un breve líder del CDS, entre los años 2005 y 2007, en un período interino tras la marcha y posterior vuelta de Paulo Portas, quien este mes acaba de retirarse de la vida pública, después dar el nuevo relevo a la exministra Assunção Cristas. Como número dos del Gobierno de Passos Coelho entre el 2011 y el 2015, Portas presentó la salida del rescate internacional en el 2014 como la recuperación de la independencia nacional. Sin embargo, la petición de Ribeiro e Castro tampoco no fue aceptada entonces por la mayoría y la recuperación de los festivos se convirtió en una bandera electoral de la oposición de izquierdas.
Tras la pérdida de la mayoría absoluta por la coalición de PSD y CDS en las legislativas del año pasado, la restitución de los cuatro días no laborables perdidos apareció como una parte de las medidas tendentes a superar los sufrimientos del rescate internacional, pues se había introducido por imposición de la troika, de forma que Portugal pasó de tener 14 días festivos nacionales al año a sólo 10. El Parlamento aprobó la reposición, con la abstención de los partidos de la derecha, que defendían un calendario gradual.
Para la promulgación de la ley faltaba el trámite de la comunicación a la Santa Sede, que cubrió ayer Marcelo Rebelo de Sousa en su audiencia con el Papa, en el que fue su primer desplazamiento al extranjero como nuevo jefe de Estado y que se completó anoche con la cena que le ofrecieron los reyes de España en Madrid.
La patronal portuguesa critica que la vuelta al rojo en el calendario de esas cuatro jornadas no se hubiese negociado en la mesa de la concertación social, a cambio de otras medidas de aumento de la productividad.
Pero para la alianza parlamentaria del primer ministro socialista António Costa con el Bloco de Esquerda y los comunistas esta marcha atrás a los tiempos anteriores a la troika representa un balón de oxígeno de popularidad, en la delicada coyuntura de la aplicación del nuevo presupuesto, producto de un complejo juego de equilibrios entre Lisboa y Bruselas que se plasma en la combinación de medidas impopulares, como la fuerte subida de los combustibles, con otras de signo contrario, como el descenso del impuesto sobre la renta.
En cualquier caso, los portugueses miran ya hacia el calendario con las conmemoraciones religiosas del 26 de mayo y el 1 de noviembre y las civiles del 5 de octubre y el 1 de diciembre como nuevas fechas para el ocio.
La reposición de los festivos aparece como una de las medidas más populares del pacto de izquierdas