El ‘coaching’ en las aulas
Hace ya un tiempo que venimos escuchando que el coaching se ha implementado en las empresas, entre los deportistas galardonados y en gran parte de las escenas de nuestra vida personal. Hasta aquí, sea un fenómeno de moda o no, queda patente que el coaching se ha instalado en nuestra sociedad. En los últimos años, también se ha podido leer y escuchar acerca de su práctica en las aulas, pero todavía aparecen dudas al respecto. ¿Qué papel desempeña el coaching en el entorno educativo? El maestro es el punto clave del modelo, pero no olvidemos que el alumno es el núcleo. La familia, sus amigos y el entorno también tendrán un papel como protagonistas.
Si el mundo educativo gira en torno al alumnado, deberán ser todos los agentes quienes velen por su responsabilidad y para la consecución de sus objetivos. Son muchos los preuniversitarios que inician la carrera guiándose por la opinión o los consejos de sus familiares, amigos o profesores. La adolescencia es el momento clave para dar el salto desde la educación secundaria al mundo en el que encontrarán su futura profesión. En este puente, es crucial que el adolescente tome las decisiones que crea convenientes para él mismo y por sí mismo. Es él quien sabe qué quiere hacer y quién quiere llegar a ser. ¿Qué necesitamos para ello? Acción y movimiento. Acción para generar el cambio, centrifugar, mover, promover el pensamiento y castigar el confort.
La toma de decisiones en sí, como acto, suele ser siempre positiva, ya que, en la misma acción, ya se está eligiendo. De todos modos, el factor que más acompaña a la decisión es el qué dirán, creer que seremos descalificados por no seguir lo que nos aconsejan u opinan de nosotros. Pero ¿acaso no deberíamos preocuparnos más por nuestra felicidad? Desde las aulas y empezando por la educación infantil, este cambio puede ir trabajándose. ¿Cómo? El maestro que trabaja desde el coaching fomenta la conciencia con el alumnado, tanto por él mismo como para con los demás. A grandes rasgos, hablamos de transformación, consecución de objetivos y motivación. Es necesario suscitar interés, además de fortalecer y crear nuevas competencias que hagan batir las alas de los pequeños. Es fácil, no nos obcequemos: generemos cambio, decisión y, con ello, felicidad.