La Vanguardia

Silencio de Nobel

Pedro Almodóvar se sumerge en el melodrama sobrio con ‘Julieta’, inspirada en relatos de la premio Nobel canadiense Alice Munro

- PEDRO VALLÍN

Resulta inesperado y feliz el giro que Julieta –presentada ayer a la prensa en Madrid y que se estrena el próximo 8 de abril– supone para Pedro Almodóvar. Tras un dramón buñuelesco – Los abrazos rotos–, un noir escatológi­co – La piel que habito– y una comedia desquiciad­a – Los amantes pasajeros–, el manchego parecía lanzado en pos de los límites carnales, emocionale­s y visuales de sus historias como quien persigue un postrero ardor juvenil, al borde de lo operístico.

La historia de una mujer madura (Emma Suárez) varada en un piso de Madrid a la espera de noticias de su hija, desapareci­da doce años atrás –tomada de relatos de la premio Nobel canadiense Alice Munro–, lleva al de Calzada de Calatrava a una sobriedad melodramát­ica inédita en la que cabe lamentar el cambio de título –forzado por un proyecto homónimo de Scorsese–: Silencio expresaba mejor lo que propone este filme, que se despliega hacia el pasado de Julieta (Adriana Ugarte le da vida de joven), lleno de heridas ciertas y conjeturad­as, y hacia el futuro –el filme se cierra con exquisito pudor–, entre, eso, silencios y sobreenten­didos.

Como siempre, película de lucimiento actoral, también se aprovechan de ello Inma Cuesta, Daniel Grao y Rossy de Palma, a la que Almodóvar regala quizá su más delicada creación, Marián, una gallega malencarad­a, hacendosa e indiscreta que opera desde el arquetipo del teatro clásico: apunta al mito de Casandra y también concentra el coro de Eurípides, testigo de la tragedia y cómplice de la heroína o acaso de su inexorable destino. Todo ello, mientras friega la pila, prepara galletas y se mete donde nadie la llama. Porque, claro, esta nueva mesura no traviste al Almodóvar autor, sino que, eliminado el fragor de argumentos que avanzan a empellones extravagan­tes, su firma cobra vigor, tanto en lo visual –no persigue atrapar lo real sino sublimar un género– como en lo narrativo, donde el giro de gran ademán es sustituido por la queda revelación de pecados pequeños, simiente de culpas longevas y mal enfocadas. Y pervive también esa muchedumbr­e de universos femeninos que definen lo almodovari­ano, navegando desde la grisura de Bergman, en la piel cenicienta de Emma Suárez, hasta la voluptuosi­dad de una playa de Fellini, en la mirada soleada de Inma Cuesta.

‘Julieta’ conserva los atributos sustancial­es de lo almodovari­ano sumergidos en una nueva sobriedad

 ?? EFE ?? Pedro Almodóvar, junto a las actrices Adriana Ugarte y Susi Sánchez en un momento del rodaje
EFE Pedro Almodóvar, junto a las actrices Adriana Ugarte y Susi Sánchez en un momento del rodaje

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain