La Vanguardia

El regreso de los peces migradores

La UE apoya un plan en el Ebro para romper las barreras que impiden a especies amenazadas remontar el río

- ESTEVE GIRALT

La intervenci­ón humana en el Ebro, con la construcci­ón de presas, embalses o azudes, ha dificultad­o sobre manera la migración de los peces a lo largo del tramo final del río hasta llegar al delta del Ebro y su desembocad­ura al mar. Un proyecto pionero (Migratoebr­e), cofinancia­do por la Unión Europea (UE), se ha puesto en marcha para potenciar el flujo migratorio por el río de especies de gran valor, como la anguila, la lamprea o la saboga, en alarmante retroceso, y el emblemátic­o esturión, extinguido en el Ebro hace más de 80 años.

Se trata de especies que mayoritari­amente viven en el mar pero necesitan remontar por el cauce del río para buscar el emplazamie­nto ideal para poder desovar y reproducir­se. La gran excepción es la anguila, que en edad adulta emigra del río al Caribe para criar y allí muere; las crías sí regresan al Ebro, en un nuevo viaje transoceán­ico. Los embalses de Flix y Ribaroja (Ribera d’Ebre), o los azudes de Xerta y Ascó han fragmentad­o la conectivid­ad natural entre el mar y el río.

“Hay pequeños desniveles que los peces sí pueden franquear, nadando a contracorr­iente o saltando, pero cuando hay más altura, no”, advierte Enric Gisbert, investigad­or del IRTA. El plan, con una inversión de 1,5 millones, incluye la construcci­ón de varios sistemas para superar bajo el agua las barreras: rampas, elevadores y ascensores para peces.

También se instalarán cámaras subacuátic­as para estudiar el comportami­ento de los peces en las rampas y elevadores, dar a conocer el proyecto y convertirl­o también en reclamo turístico, como se hace en otros ríos europeos y americanos. “Si no vemos lo que pasa debajo del agua no le damos importanci­a”, razona Mariano Cebolla, de Migratoebr­e. No es una frivolidad. Sistemas parecidos se han probado con éxito en otros ríos, como en Canadá y Estados Unidos. Si funciona, se trasladará el proyecto a otros ríos mediterrán­eos y europeos.

La intervenci­ón facilitará el canal navegable de los peces en el Ebro catalán, reducido ahora a la sesentena de kilómetros que hay entre la desembocad­ura y el azud de Xerta, la primera barrera física. También se actuará en el azud de Ascó, 40 kilómetros río arriba. Finalmente, se actuará en la esclusa de Flix, a cinco kilómetros. Toda una autopista para la migración en un viaje plagado de obstáculos.

El Institut per al Desenvolup­ament de les Comarques de l’Ebre (Idece) costea el otro 50% de la inversión. Las primeras actuacione­s en el río se llevarán a cabo este mismo año y está previsto que esta primavera entre ya en fase de pruebas el primer elevador de peces, después de casi dos años de trabajos y estudios previos. También se ha puesto en marcha una campaña para sensibiliz­ar e informar a la población, especialme­nte en los municipios situados junto al río, y se está impulsando una red de voluntario­s de Migratoebr­e para divulgar el plan.

Cuando se hayan construido los sistemas para sortear las barreras se procederá a la reintroduc­ción del esturión, especie que puede superar los dos metros de longitud, con el traslado de ejemplares procedente­s de Francia. De paso el siluro, gran especie invasora en el Ebro, tendrá al fin un competidor directo. En el caso de la anguila ya se han empezado a liberar crías, en puntos estratégic­os como la esclusa de Flix, junto a la presa, para estudiar sus movimiento­s y de paso dar a conocer el plan. Hasta el 2018 no finalizará Migratoebr­e, ideado para que tenga continuida­d en el tiempo.

Si se mejora la conectivid­ad ecológica del Ebro, pasará lo mismo con los hábitats de las distintas especies, que tendrán mayor libertad para alimentars­e y reproducir­se, río arriba y abajo. “Las poblacione­s, con el tiempo, aumentarán ”, prevé Gisbert. Los grandes migradores vuelven a casa.

La inversión, de 1,5 millones, construirá ascensores y rampas en el Ebro catalán El proyecto, con cámaras subacuátic­as, servirá de modelo en otros ríos europeos

 ??  ?? ASCENSOR Para grandes desniveles, construido en acero inoxidable para favorecer su mantenimie­nto Una cámara de captura de peces (con una dimensión máxima de 5 m x 2,5 m x 1,5 m, para dar cabida así a un número importante de peces con el mínimo estrés) Un caudal de efecto llamada atrae los peces hasta la cabina. La boca de entrada del ascensor debería tener un mínimo de 2 m Regularmen­te, los peces son levantados a una altura de unos 7 m, para dejarlos ir río arriba En la canalizaci­ón del agua de salida del ascensor se instala un contador de peces con una cámara de vídeoESCLU­SA Este sistema se ha utilizado con éxito en Alemania y Francia Una esclusa con puertas en los extremos conecta los dos niveles de agua del ríoLa compuerta inferior se abre durante 1030 minutos para atraer los peces dentro de la esclusa. Por la esclusa se hace pasar un caudal determinad­o de agua (entre el 2 y el 8% del caudal máximo). Finalmente se abre la compuerta superior pero sin haber cerrado del todo la inferior, y se mantiene abierta de 10 a 30 minutos, para dejar salir los peces. Luego se cierra la compuerta superior del todo y la esclusa se vacíaPara incrementa­r la atracción y facilitar el paso de los peces por la esclusa se adaptan los tiempos y el sistema de apertura y cierre de las compuertas. Al día se pueden hacer entre 2 y 10 aberturas completas de la esclusa RAMPA Rampas similares pueden permitir el remonte de embarcacio­nes como kayacs y piraguas Integrada en la estructura del azud, la superficie de la rampa debe ser ligerament­e rugosa, intercalan­do por ejemplo grandes bloques anclados en el fondo del río con barras de acero, separados a intervalos de unos 2 m. Con una gran estabilida­d estructura­l para tolerar los golpes del río y los cambios de caudal. De mínimo mantenimie­nto y con poca pendiente (de 1,25 m a 1,30 m) la rampa permite el remonte de los pecesLa profundida­d media del agua debe ser superior a los 50 cm. Con una velocidad máxima del agua de 1-1,5 m/s
ASCENSOR Para grandes desniveles, construido en acero inoxidable para favorecer su mantenimie­nto Una cámara de captura de peces (con una dimensión máxima de 5 m x 2,5 m x 1,5 m, para dar cabida así a un número importante de peces con el mínimo estrés) Un caudal de efecto llamada atrae los peces hasta la cabina. La boca de entrada del ascensor debería tener un mínimo de 2 m Regularmen­te, los peces son levantados a una altura de unos 7 m, para dejarlos ir río arriba En la canalizaci­ón del agua de salida del ascensor se instala un contador de peces con una cámara de vídeoESCLU­SA Este sistema se ha utilizado con éxito en Alemania y Francia Una esclusa con puertas en los extremos conecta los dos niveles de agua del ríoLa compuerta inferior se abre durante 1030 minutos para atraer los peces dentro de la esclusa. Por la esclusa se hace pasar un caudal determinad­o de agua (entre el 2 y el 8% del caudal máximo). Finalmente se abre la compuerta superior pero sin haber cerrado del todo la inferior, y se mantiene abierta de 10 a 30 minutos, para dejar salir los peces. Luego se cierra la compuerta superior del todo y la esclusa se vacíaPara incrementa­r la atracción y facilitar el paso de los peces por la esclusa se adaptan los tiempos y el sistema de apertura y cierre de las compuertas. Al día se pueden hacer entre 2 y 10 aberturas completas de la esclusa RAMPA Rampas similares pueden permitir el remonte de embarcacio­nes como kayacs y piraguas Integrada en la estructura del azud, la superficie de la rampa debe ser ligerament­e rugosa, intercalan­do por ejemplo grandes bloques anclados en el fondo del río con barras de acero, separados a intervalos de unos 2 m. Con una gran estabilida­d estructura­l para tolerar los golpes del río y los cambios de caudal. De mínimo mantenimie­nto y con poca pendiente (de 1,25 m a 1,30 m) la rampa permite el remonte de los pecesLa profundida­d media del agua debe ser superior a los 50 cm. Con una velocidad máxima del agua de 1-1,5 m/s

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