En estado de shock
Una veintena de profesionales del SEM, la Cruz Roja y Protecció Civil se vuelca en el apoyo psicológico a los supervivientes
ESTEVE GIRALT SARA SANS Tortosa / Freginals
Nos han pedido poder estar todos juntos”, explicó Lourdes Carrascón, de la Cruz Roja, responsable de coordinar la atención psicológica a los supervivientes del terrible accidente. Hasta 26 jóvenes que resultaron ilesos o heridos de poca consideración fueron atendidos durante todo el día por profesionales experimentados en accidentes y grandes catástrofes. La gran mayoría de los supervivientes se quedaron en el hotel Corona de Tortosa, desde donde se centralizó la atención a los jóvenes siniestrados. “Están bien, todo lo bien que puede estar alguien que ha vivido una situación como esta, es decir, están en estado de shock”, corroboró Montse Mas, responsable de Protecció Civil, desplazada hasta el centro de atención.
Cruz Roja, Protecció Civil y Mossos d’Esquadra intentaron en todo momento aislar a los jóvenes de los medios de comunicación para evitar que tuviesen que revivir lo sucedido. Únicamente se tuvieron que explicar ante la comitiva judicial que se
DESPUÉS DEL ACCIDENTE Los supervivientes, que pidieron estar juntos, recibieron ropa y cargadores de móvil desplazó hasta este hotel para tomar declaración a los supervivientes. “Nosotros no les hemos preguntado nada de lo sucedido, no es nuestro trabajo, nuestro trabajo es estar con ellos en todo momento”, añadió Mas. La mayoría de los universitarios estaba durmiendo en el momento de producirse el accidente, por lo que apenas podían explicarse lo sucedido. Igual que si se estuvieran despertando de una terrible pesadilla. “Lo importante es que se sientan amparados en todo momento”, destacó Carrascón.
Al no poder estar con sus familiares, que ayer aún estaban de camino desde sus países de origen, el equipo de psicólogos reforzó la atención de los supervivientes. Su juventud fue otro de los factores que se tuvieron en cuenta. Los voluntarios llevaron ropa y también procuraron varios cargadores de móviles.
“Lo que quieren es hablar con sus familias”, añadió Carrascón.
Durante toda la mañana, hasta el hotel tortosino continuaron llegando heridos leves atendidos en centros hospitalarios de las Terres de l’Ebre. Los afecta-
dos se pudieron alojar en las habitaciones, para poder asearse y descansar, y los jóvenes pudieron también comer algo e hidratarse. Sus rostros, a su llegada, reflejaban lo vivido, aún bien visible el estado de shock. Mucho
silencio y apenas ganas de articular una sola palabra.
La mezcla de nacionalidades, con jóvenes de media Europa, obligó a los equipos de atención psicológica a trabajar con traductores, en algunos casos.