Con la Champions en el alambre
El United se lleva el derbi de Manchester y se queda a un punto del eterno rival y de la cuarta plaza
Marcus Rashford era un renacuajo cuando recibió el primer rechazo de su vida. El Manchester City le descartó como posible incorporación de sus categorías inferiores por ser “muy bajito”. Para el delantero, ferviente seguidor del United, no hubo tal drama. Él quería jugar en el otro equipo de la ciudad. El tiempo le compensó y una década después, en el campo del escudo que le rechazó, el diamante red devil hurgó en la llaga citizen. Su solitario gol en el minuto 16 sirvió para que los de Louis van Gaal se llevaran el derbi y puedan ejercer el derecho de fanfarroneo en un lunes negro para los perdedores. Desde que el Manchester City anunció el fichaje de Josep Guardiola como futuro entrenador, el equipo bluesky acumula cinco derrotas, cuatro victorias y dos empates. Una distracción de la que los rivales han sacado enorme provecho. La tarde para olvidar terminó con un doloroso resultado para los intereses del equipo City, que tiene tanto al eterno rival como al West Ham acechando a un solo punto la preciada última plaza de la Champions.
“Hoy hemos conseguido algo más que tres puntos”, aseguraba feliz el capitán del United, Michael Carrick. “Estoy muy orgulloso de mis jugadores”, alababa Van Gaal con sonrisa socarrona. “Hemos recortado distancias y ahora todo es posible”, sentenció el técnico holandés.
Mientras en el Etihad los jugadores aún entraban en calor, con el himno Blue Moon recién ento- nado a cappella por los 60.000 espectadores locales, Harry Kane adelantaba al Tottenham en White Hart Lane ante el Bournemouth a los 44 segundos, convirtiéndose en el primer jugador en alcanzar la meta de los 20 goles esta temporada. Cuando Rashford dejaba inmóvil a Demichelis y celebraba su primer tanto en un derbi de Manchester (siendo el más joven en conseguirlo), Kane festejaba su segundo gol, el número 21 en Premier, con un Roy Hodgson imaginando con emoción esta dupla vistiendo la misma camiseta.
Si en Londres no hubo más en- cuentro después de veinte minutos (terminaron 3-0), el choque generacional mancuniano tuvo su máxima expresión en el Eithad justo antes del descanso. Rashford, a sus tiernos 18 años y 141 días, sacó de quicio a un Demichelis de 35 primaveras en las que la paciencia ya no tiene cabida. Suerte tuvo el argentino, que si bien cometió penalti sobre el rookie diablo rojo, se encontró con el árbitro haciendo la vista gorda. La pesadilla del zaguero tuvo su colofón cuando un pase tardío a Joe Hart provocó que el guardameta acabara lesionado en un choque con, una vez más, Rashford.
Pellegrini ya había visto suficiente. En cuanto pudo, le sustituyó por Bony y reestructuró el equipo con la luz de emergencia parpadeando, pues ya en el 25 había perdido también por lesión a Sterling. En la capital británica, sin embargo, todo fueron sonrisas. Los de Pochettino siguen presionando al líder, que mantiene la misma ventaja de hace una semana: cinco puntos.
“We’re going to win the league!” (“¡Vamos a ganar la liga!”), tararearon durante quince minutos los aficionados del Leicester cuando los foxes se impusieron al Crystal Palace por la mínima el sábado. No querían marcharse de Selhurst Park pese a la insistencia de la megafonía local. Como si un movimiento en falso hiciera explotar la burbuja del trance. Sienten que el sueño es más real. Que no es disparatado pensar en un escenario donde la celebración de la Premier League sea en la ciudad de las Midlands.
Mientras el resto de los equipos lidia con sus propios demonios –el Arsenal tratando de recuperar el estado anímico en Goodison Park, el Tottenham apretando los dientes tras la debacle europea, el Liverpool ascendiendo sigilosamente hacia los puestos con regalo aunque dejara escapar un 2-0 ante el Southampton (3-2) y Manchester sumida en la lucha por la cuarta plaza–, Ranieri no quiere dejarse llevar. “Estamos más cerca de la Champions League y es fantástico”, dijo sin atisbo de falsa modestia. “No somos ni United, ni City ni Chelsea. Con ellos la distancia de cinco u ocho puntos bastaría, pero con nosotros, no”. Con todo un país empujando al Leicester, un deseo impera en este break de selecciones: que el hechizo que protege a los foxes no se rompa.
REVANCHA Rashford, rechazado por el City en las categorías inferiores, se cobró su venganza particular
IRREGULARIDAD Desde que se oficializó el fichaje de Guardiola, el City ha perdido cinco encuentros