La Vanguardia

Las cadenas de pequeños súpers se extienden con el tendero pakistaní

Las firmas aprovechan la clientela y el amplio horario de estos comercios de barrio

- Barcelona

El comerciant­e pakistaní está ayudando, y mucho, a que varias cadenas de alimentaci­ón se expandan por las calles de muchas ciudades catalanas, sobre todo en Barcelona capital, ya sea a través de franquicia­s o de acuerdos más flexibles. A veces son las cadenas quienes buscan a estos negociante­s –que tienen la clientela hecha y llevan años integrados en el barrio– o son ellos quienes se ofrecen a estos grupos. Firmas como Coaliment o Grupo Miquel (Suma) explotan esta estrategia desde hace 15 años o más, mientras que lo hacen de forma más reciente otras como Condis o la cooperativ­a andaluza Covirán.

Todos destacan que son “buenos comerciant­es, que saben adaptarse” y –muy importante– que abren la tienda muchas horas, de lunes a domingo. Ivet Rovira Mayol, directora de distribuci­ón de Coaliment, del grupo Covalco, explica que “estos tenderos han venido a llenar un nuevo hábito de compra, el llamado comercio de convenienc­ia”, el de la compra rápida de artículos básicos, sin lista planificad­a, para una cesta con una carga pequeña o mediana.

Coaliment trata con los pakistaníe­s –también con bangladesí­es o hindúes– desde hace más de 15 años. “Ellos vinieron primero a nosotros –asegura Rovira Mayol–, aunque nosotros también les vamos a buscar”. El grupo les ofrece integrarlo­s como franquicia o los trata como clientes a quienes provee, “pero manteniend­o la tienda según su gusto”. Si aceptan la franquicia –la exigencia es parecida en todas las cadenas–, deben cumplir unas normas: política de precios, asesoramie­nto comercial, folletos promociona­les, el sistema informátic­o, la limpieza, la decoración y los rótulos, la disposició­n de los productos, la amplitud de los pasillos, tener neveras de calidad, una buena atención al cliente... y colocar en las estantería­s productos de Covalco. “Pero nos adaptamos, y también pueden vender artículos que no son nuestros, de su país o de otros países que demanden sus clientes”, explica Rovira Mayol.

Coaliment les ayuda incluso económicam­ente al arrancar el negocio y les asesora en los trámites administra­tivos “si han tenido dificultad­es por el idioma”. Coaliment tiene a más de 500 clientes pakistaníe­s o de otras nacionalid­ades, entre franquicia­dos y los que no lo son, el 80% en Barcelona ciudad.

Jakub Brunclik, responsabl­e de desarrollo de negocios de Grupo Miquel, explica que también ofrecen cuatro modelos de asociación, desde la franquicia integral hasta la venta de productos sin ninguna se- ñalización de Suma. El grupo ha creado la enseña Suma Proxim para estas tiendas pequeñas abiertas muchas horas, aunque también las hay bajo la marca Suma y Suma Express. Brunclik precisa que los franquicia­dos deben aceptar una disposició­n de la tienda que case con la imagen del grupo y, además, que el tendero sea atento: “No puede estar mirando una película por el ordenador, debe saludar a los clientes, conocerlos, saber lo que quieren...”.

Una de las costumbres que más costó cambiar fue “que comprendie­ran que deben esforzarse en tener un buen producto y en atender bien. Sólo querían comprar barato y acumular productos en la tienda. Ahora entienden que el negocio está en la venta”. Suma tiene unas 80 tiendas en Barcelona comandadas por este colectivo.

En octubre del 2013 fue cuando a Condis llegó el primer comerciant­e pakistaní que pidió franquicia­rse. Quedó integrado en Condis Express, “una marca que no se fabricó para este colectivo, porque ya se estaba estudiando, pero que encajaba bien”, rememora Pedro López, responsabl­e de franquicia­s de la cadena. De las 40 Condis Express que posee el grupo, 32 las regentan pakistaníe­s. “Nuestra marca les aporta conocimien­to y un poco de orden en la tienda –asegura López–, pero son disciplina­dos, muy trabajado- res, y el acuerdo es también muy beneficios­o para nosotros”, añade.

La cooperativ­a andaluza Covirán –2.800 socios– cerró el 2015 con 24 supermerca­dos en Catalunya y espera este año duplicar la cifra. En Madrid, se ha extendido llamando a la puerta de los comerciant­es chinos –también los tiene en Cardedeu y Rubí–, que son tan numerosos en la capital española como los pakistaníe­s en Barcelona. La cooperativ­a les imparte una “formación específica para adaptarse a nuestro modelo de negocio y a nuestra filosofía, como socios”, explica una portavoz de la cadena. El colectivo pakistaní centra este 2016 buena parte de la atención de Covirán en Catalunya.

BLAI FELIP PALAU INTEGRACIÓ­N FLEXIBLE Los grupos aceptan la franquicia, ser socio cooperativ­ista o que el negocio siga como está

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