Telas con historia
El editor textil Gancedo factura 8,6 millones de euros y exporta un 20% de producto
Las telas Gancedo tienen más de 70 años de historia. El negocio familiar empezó en el 1945, cuando José Gancedo y su hermano Bernardo abrieron una tapicería en el número 97 de Rambla Catalunya. “Había escasez de materiales y sólo unos pocos podían importarlos. Por eso, el negocio se posicionó en seguida como un referente en la ciudad”, apunta hoy Manuel Gancedo, que es la tercera generación de propietarios.
Gancedo explica que viendo la buena marcha de las ventas en Barcelona, Pepe, el hijo del fundador, decidió abrir en Madrid una segunda tienda. Corrían los años sesenta y éste se codeaba con artistas y decoradores del momento (Delgado, Cuixart, Forges, Lottier, Vilanova, Muntañola), quienes le propusieron llevar sus obras a los tapices. La compañía apostó por ello e inauguró una fábrica en Valencia en 1965 y un estudio de diseño en 1969.Por aquel entonces, Gancedo también impulsaba la primera revista de decoración en España, TG: Revista de las Artes Decorativas, que duró hasta finales de los ochenta.
En los mejores años, la compañía llegó a tener hasta 12 tiendas propias en las principales capitales de España pero la crisis afectó duramente al sector y Gancedo se vio obligado a reajustar el negocio. Hoy cuenta con 6 puntos de venta y la fábrica en Valencia, donde lleva a cabo el 20% de la elaboración de los tejidos (el resto proviene de subcontratas en Europa). En el 2015, Grupo Gancedo facturó 8,6 millones, una cifra “muy inferior a los niveles anteriores a la crisis”, pero que, habiendo ajustado la plantilla a 60 trabajadores y racionalizado la producción, mantiene el negocio rentable.
Si la compañía ha sobrevivido a la crisis, Gancedo asegura que es gracias a la apertura al mercado internacional, que representa el 20% del negocio. Hoy, la compañía vende a 15 países a través de distribuidores y, desde 2011, tiene una sucursal en México, que será un centro de expansión en las dos Américas. “Queremos coger fuerza en el extranjero, donde hay potencial de crecimiento. La alta gama es lo primero que sufre en un país en crisis e inestabilidad política”. Sus trabajos se venden hoy tanto a particulares como a profesionales, quienes utilizan los diseños para decorar hoteles y restaurantes de lujo. Además, Gancedo colabora en la recuperación de tejidos históricos en edificios emblemáticos como el Palacio Real, el Cercle del Liceu o el Palacete Albéniz.
El punto fuerte de la compañía, dice Gancedo (quien comparte el negocio con sus cinco hermanos), es la calidad y la originalidad de los tejidos. El 60% son de diseño propio y, a menudo, se producen con la colaboración de decoradores de primera fila como Pepa Poch o Serge Castella. Además, Gancedo distribuye firmas internacionales como Sanderson, Liberty, Fabricut o Lightcube Wallcovering.
El negoció nació en Barcelona en 1945 y hoy produce con decoradores de primera fila