Agua y trabajo
Miles de personas llevan a cabo trabajos íntimamente relacionados con el mundo del agua. Por ello, manener una buena calidad de las aguas y conseguir que la industria, la energía y la agricultura hagan un uso sostenible de los recursos hídricos es la clav
Se calcula que 1.500 millones de personas trabajan en sectores relacionados con este elemento
El Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo desde 1993, pone su foco, en esta ocasión, en la
relación entre el agua y
el empleo. Los recursos hídricos, su cantidad y calidad, son un elemento esencial para un desarrollo sostenible, y, por ese motivo, el agua ocupa un lugar central en la nueva
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El sexto objetivo de este plan internacional es “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”, un reto clave, porque está vinculado a otros objetivos marcados por la agenda; también el de mejorar las perspectivas de trabajo decente para todos, el punto central que abordará el Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo de 2016.
Y es que los recursos hídricos juegan un papel clave en la reduc
ción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental, y tienen un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, a la salud humana y al medio ambiente. También son vitales para la creación de puestos de trabajo y el desarrollo económico y social.
Sector estratégico
Se calcula que, hoy en día, hay 1.500 millones de personas que trabajan en sectores relacionados con el agua, según la ONU, y casi todos los puestos de trabajo, independientemente del sector, dependen directamente de este recurso. Sin embargo, aún millones de personas cuyas vidas dependen del agua no son reconocidas o protegidas por los
derechos laborales básicos. De los 2,3 millones de muertes que se producen al año en el ámbito laboral, un 17% pueden estar vinculadas con enfermedades transmisibles y con el consumo de agua contaminada. Según la directora General de la Unesco, Irina Bokova, “el agua potable y el saneamiento deben convertirse en asuntos prioritarios en cualquier lugar de trabajo. Hacer frente al reto de crear y mantener empleos decentes en la coyuntu--
ra actual del cambio climático y
la escasez de agua requerirá una inversión mucho mayor en ciencia, tecnología e innovación”.
Potencial económico
Además, una buena gestión del agua genera también beneficios económicos. En el estudio de la ONU sobre los recursos hídricos en el mundo en 2015, se destaca que el desarrollo económico y el agua están íntimamente ligados en muchos sentidos. “El agua es un recurso esencial para la producción de muchos bienes y servicios, además de ser clave en la producción
de alimentos y energía, al igual que para la elaboración de productos manufacturados. De modo que la inversión en infraestructuras es esencial para liberar todo el potencial de crecimiento económico”. De hecho, según datos de la
Fundación Aquae, a nivel mundial, algunos de los sectores industriales más intensivos en agua emplean grandes cantidades de personas: 22 millones en alimentos y bebidas (el 40%, mujeres), 20 millones en las industrias química, farmacéutica, del caucho y de los neumáticos, así como 18 millones en la electrónica.
El documento de la ONU insta también a los países a crear infraes
tructuras para reducir el riesgo de escasez de agua o para gestionar los desastres naturales, como inundaciones o grandes sequías, con el propósito de reducir la vulnerabilidad de sus economías.
Un sector clave que vincula el consumo del agua con el trabajo y la sostenibilidad en la mayoría de los países es el agrícola, que proporciona empleo al 40% de la población
mundial. La agricultura utiliza el 11% de la superficie del planeta, y la de regadío representa el 70% del total de extracciones de agua a escala mundial. La ONU advierte de que si no se mejora la eficien
cia, se espera que el consumo de agua para uso agrícola en el mundo aumente en torno a un 20% de aquí a 2050. Por este motivo, modernizar la agricultura es otro de los retos a los que se enfrenta la comunidad
internacional en los próximos años. Porque, además, en 2050, el sector necesitará producir un 60% más de alimentos a nivel mundial y un
100% más en los países en desa
rrollo, de modo que es vital garantizar la eficiencia del uso del agua y reducir su contaminación agrícola, que puede empeorar con el aumento de la agricultura intensiva en los próximos años.
Agua y energía
También el sector de la energía es clave en la creación de puestos de
trabajo, y, a la vez, es un gran consumidor de agua, ya que el 90% de la generación mundial de electricidad se caracteriza por un uso intensivo de agua. De hecho, el sector de la
energía térmica (aproximadamente, el 80% de la producción mundial de electricidad) es responsable del 43% del total de extracciones de agua dulce en Europa. Algunos estudios indican que el consumo de energía en 2035 habrá aumentado en un 35%, lo que conllevará que la necesidad de agua por parte del sector aumente en un 85%.
Se trata de una situación insostenible que pone en riesgo los recursos hídricos del planeta y que necesita soluciones a medio y largo plazo. Para resolverla o paliarla, los expertos de Naciones Unidas Naciones Unidas apuesta por “avanzar en la transición desde la opción tradicional de aumentar la oferta derecursos norenovables hacia la gestión inteligente delos disponibles”
apuestan por políticas conjuntas y por la necesidad de “avanzar en la transición desde la opción tradicional de aumentar la oferta de recursos no renovables hacia la gestión inteligente de los recursos disponibles”.
Por otro lado, un mayor acceso al agua y a la energía contribu
ye a mejorar la salud, facilita el desarrollo de actividades económicas (microempresas) y ofrece más oportunidades de mejora de la productividad agrícola. También ayudaría en el día a día de miles
de mujeres y niñas que dedican buena parte de su jornada a recoger agua y leña para cocinar –un trabajo no remunerado–, en unas horas que podrían dedicar a su educación o a otras actividades que les reportaran ingresos.
Mayor equilibrio
El Día Mundial del Agua une dos elementos indisociables, agua y trabajo, que hasta ahora se han abordado por separado, con políticas, en muchas ocasiones, enfrentadas. El objetivo número seis de
Desarrollo Sostenible de la ONU
es “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”, mientras que el octavo pretende “promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”. El reto en este caso es triple: conseguir el equilibrio entre un crecimiento económico que genere trabajo, garantizar un uso racional de la energía y velar por la futura sostenibilidad de los escasos recursos hídricos.