Un techo de cristal a bordo de los buques
Las mujeres constituyen el 50% de los trabajadores del sector de la pesca, y, en muchas ocasiones, su trabajo no está reconocido ni se paga de forma adecuada, según la FAO. Tampoco tienen acceso a oportunidades, y su representación en puestos de liderazgo está muy por detrás en relación a otros sectores. Mientras los hombres dominan la pesca de captura e industrial, las mujeres trabajan en el procesado, o en la venta a nivel local de los productos y en funciones de apoyo, como la limpieza de los barcos y el transporte
del pescado al mercado. Unos puestos de trabajo que están peor pagados o que, en algunos casos, no se remuneran. Además, en algunos países en desarrollo no se les permite ser propietarias de barcos o de empresas de acuicultura, denuncia la FAO. También tienen un acceso limitado a los créditos para crear sus
propios negocios. Pero el problema de la igualdad de género en el sector pesquero no se limita a la pesca a pequeña escala en los países en desarrollo, sino también a su relativa ausencia en las salas de juntas, en cargos ejecutivos y en las conferencias del sector pesquero. De entre las 100 empresas pesqueras más importantes del mundo, solo en una, su presidenta es una mujer, en comparación con el 8% de los puestos de responsabilidad ocupados por mujeres en las 100 empresas de la lista Fortune en EE. UU.
Para Audun Lem, director adjunto de la División de Políticas y Economía de la Pesca y la Acuicultura de la FAO, esto impide a la industria poder hacer frente al desafío de la seguridad alimentaria que tiene por delante. Según Lem: “La industria no va a superar el reto de ampliar la producción de manera sostenible si no puede atraer a la mejor gente. Y no puede permitirse el lujo de excluir al 50% de las personas”.