“Serena estaba tan contenta en Barcelona...”
Antonieta fue una de las madres que tuvieron que identificar el cadáver de su hija
El chófer del autocar siniestrado continuaba ayer en la UCI, sin poder declarar. Mientras, los familiares de las víctimas llegaron ayer a Tortosa para identificar los trece cadáveres. Renzi viajó para arropar a los supervivientes.
El primer ministro italiano, Renzi, viajó a Tortosa para arropar a los supervivientes
El día que ningún padre ni madre quisiera vivir. El día en el que hay que confirmar la peor noticia: certificar la muerte de una hija. Ocho familias pasaron ayer por este trance en Tortosa. “Era tan feliz, estaba tan contenta en Barcelona... Y ahora... Ya no está”, susurraba Antonieta, horas después de reconocer en el tanatorio el cuerpo de su hija Serena, de 22 años y estudiante de cuarto de Farmacia en la UB. Serena es una de las trece fallecidas en el accidente de la AP-7 en Freginals. Otros 23 jóvenes –uno en estado crítico y seis graves– siguen ingresados, igual que el conductor del autocar, a quien el domingo por la noche, tras pasar todo el día en la comisaría de los Mossos, se le detectó una contusión pulmonar, por lo que se suspendió su declaración ante la juez, que le imputa trece homicidios imprudentes.
Todas las familias de las víctimas mortales que fueron llegando se alojaron en el parador de la Zuda de Tortosa. El equipo de psicólogos de la Cruz Roja, que el domingo atendió a los pasajeros que salieron ilesos y a los heridos leves, ayer consolaban a las familias de las fallecidas. “Hemos tardado casi 24 horas en saber que nuestra hija estaba muerta”, lamentaba el padre de Serena, de Turín, tras regresar del tanatorio, sin poder contener las lágrimas y preguntándose todavía por qué los jóvenes viajaban de madrugada. “No me lo puedo creer, vino a estudiar y me la llevo muerta”, susurraba.
Durante la mañana, acompañados por Mossos y psicólogos, los familiares fueron trasladados en coche hasta el tanatorio municipal, ubicado en el otro extremo de la ciudad. El proceso de identificación es laborioso, el estado en el que quedaron algunos los cadáveres tras el choque ha complicado el proceso en algunos casos. El equipo de forenses analiza las pruebas aportadas por los familiares, como un cepillo de dientes, una radiografia bucal u otras pruebas médicas, para confirmar la identidad. Hasta media tarde, ocho familias habían acudido al tanatorio –la primera, procedente de Bolonia, aunque originaria de Florencia lo hizo el mismo domingo por la noche– y estaba previsto que otras tres llegaran a última hora del día. De las otras dos familias restantes, los equipos forenses ya disponen de pruebas para cotejar con el ADN de las víctimas.. Siete de las fallecidas son
Uno de los 23 heridos sigue en estado crítico y el chófer permanece ingresado en la UCI “Era tan feliz, estaba tan contenta en Barcelona... Y ahora... Ya no está”
italianas, dos de Alemania, una de Rumanía, una de Francia, una de Uzbekistán y otra de Austria.
En el parador de Tortosa, lejos de sus casas y asistidas por psicólogos y traductores, las familias se consolaban unas a otras. Por la tarde, el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, visitó a los familiares de las víctimas. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, le recibió en el aeropuerto de Reus, junto a la delegada del Gobierno en Catalunya, María de los Llanos de Luna. Tras aterrizar, Renzi solicitó hablar con el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, tras lo cual mantuvo con él una conversación por teléfono.
La comitiva visitó primero a los familiares de las jóvenes fallecidas en el parador de Tortosa y luego se trasladó al hospital Verge de la Cinta, donde uno de los cinco pasajeros ingresados es de nacionalidad italiana. El primer ministro y la comitiva oficial se desplazó luego al hospital Joan XXIII de Tarragona (donde hay tres ingresados) antes de regresar a Roma. En total, permanecen ingresadas, una en estado crítico, 23 personas. Son 16 mujeres y ocho hombres de hasta 13 nacionalidades y de entre 20 y 34 años, salvo el conductor, que se encuentra en la UCI en estado grave, que tiene 62 años.
Mientras tanto, los Mossos d’Esquadra siguen investigando las causas del siniestro. Descartado el mal estado de la carretera, todo apunta a que fue un error del conductor lo que provocó la tragedia. El autocar, que salió a las cuatro de la madrugada de Valencia, se desvió en el kilómetro 333 de la AP-7, primero hacia la derecha de la autopista. “La rodera quedó marcada en el margen”, explicó el conseller de Interior,
Jordi Jané. El chófer dio entonces un brusco golpe de volante que desestabilizó el vehículo hasta volcar. La barrera de la mediana de la autopista se convirtió en una guillotina. La mayoría de los fallecidos estaban sentados en la parte izquierda del autocar y quedaron atrapados en un amasijo de hierros. Fuentes policiales afirman que los 16 pasajeros que resultaron ilesos llevaban el cinturón.
El conseller de Interior destacó la “buena predisposición” de las autoridades judiciales en todo el proceso de identificación de las víctimas mientras siguen adelante las diligencias judiciales. Ayer, la juez que instruye el caso aplazó sine die la declaración del chófer, investigado por trece homicidios imprudentes. El domingo, tras el accidente, terriblemente afectado y siguiendo el consejo de su abogado, se negó a declarar ante los Mossos. Anteayer, la juez tomó declaración a los pasajeros que resultaron ilesos y a los que a lo largo del día fueron dados de alta, y ayer prestó declaración otra de las víctimas. Además, el juzgado ha informado a todas las víctimas sobre la posibilidad de participar en el procedimiento y que pueden hacerlo desde cualquier juzgado, sin tener que desplazarse a Amposta.
La Universitat de Barcelona, donde estudiaban los pasajeros del autocar accidentado, informó ayer de que ya ha solicitado personarse en la causa con el objetivo de dar apoyo a los afectados y también se ha puesto a disposición del juzgado para ayudar a la identificación de las víctimas y agilizar así los trámites posteriores de repatriación de los cuerpos. Las familias de dos víctimas también se personarán.
En total, 23 personas de trece nacionalidades siguen ingresadas, una en estado crítico La Universitat de Barcelona y dos familias se personan en la causa