La oposición impulsa la destitución de Rousseff tras neutralizar a Lula
El PSDB asegura que negocia un gobierno de unidad con el vicepresidente de Brasil
La oposición brasileña está sacando toda su artillería para aprovechar el momento de mayor debilidad del gobierno de Dilma Rousseff. Con el expresidente Lula en el limbo institucional por tener suspendido su nombramiento como primer ministro, la principal fuerza opositora, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), ha lanzado una ofensiva mediática para dar por sentada la destitución de la mandataria, a pesar de que el proceso de impeachment acaba de empezar y será largo.
El PSDB apuesta por aislar a Rousseff y al Partido de los Trabajadores (PT) forzando al principal aliado del Gobierno, el centroderechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), a salir del ejecutivo, donde ostenta siete ministerios además de la vicepresidencia, a cargo de Michel Temer. En un congreso celebrado la semana pasada, el PMDB se dio un mes de plazo para decidir si continúa en la coalición gubernamental.
El diario Estado de Sao Paulo publicó ayer una entrevista con el senador y excandidato presidencial del PSDB, José Serra, donde daba a entender que su partido ya negocia con Temer para formar un gobierno de unidad nacional donde el vicepresidente sustituiría a Rousseff cuando fuera destituida, con el compromiso de no presentarse a las presidenciales del 2018. Sin embargo, Temer desacreditó rápidamen- te a Serra desmintiendo esas negociaciones. “Michel Temer no tiene portavoz, no negocia escenarios políticos para el futuro gobierno y no delegó en nadie ningún anuncio sobre su vida pública”, indicó el vicepresidente en un comunicado.
En su ofensiva, los líderes del PSDB insisten en pedir a Rousseff su dimisión antes de que se vote el impeachment. “Sería mejor para el país, para la política y para ella misma” que la presidenta renunciase, dijo Serra. En el mismo rotativo paulista, el expresidente Fernando Henrique Cardoso, icono del PSDB, abogaba también por la destitución como única salida a la crisis y declaró que le había sugerido a Rousseff su dimisión como “gesto de grandeza”. El proceso del juicio político contra la mandataria se inició la semana pasada en el Congreso con la constitución de la comisión que debe o no admitir a trámite la petición de destitución.
Por su parte, los abogados de Lula presentaron el domingo un recurso ante el Supremo para revertir la decisión de uno de los magistrados del más alto tribunal del país que el viernes suspendió nueva-
El expresidente recurre ante el Supremo para poder ser ministro, pero se especula que piensa renunciar al cargo
mente de forma cautelar el nombramiento del exmandatario como ministro de la Casa Civil. El plenario del Supremo no tiene previsto reunirse hasta después de Semana Santa. No obstante, Folha de Sao Paulo informaba ayer que Lula estudia renunciar al segundo cargo más importante del ejecutivo para convertirse en negociador “informal” con la oposición y con sus hasta ahora aliados del PMDB.
Mientras tanto, la ministra argentina de Exteriores, Susana Malcorra, confirmó ayer que los cancilleres del Mercosur planean una reunión por videoconferencia con el fin de enviar una “señal de apoyo institucional” a Rousseff.