Bélgica identifica a otro terrorista implicado en los atentados de París
La investigación sobre los atentados de París del 13 de noviembre sigue avanzando poco a poco. ¿Cuántas personas había implicadas? ¿Quiénes eran realmente? ¿Qué papel exacto desempeñó cada uno a la hora de preparar o cometer los ataques? Son algunas de las preguntas a las que aún hay que dar respuesta. Ayer se conoció una pieza más del puzle.
La Fiscalía federal belga desveló la verdadera identidad de Soufiane Kayal, uno de los dos hombres que Salah Abdeslam fue a buscar a Budapest en septiembre del año pasado. Su nombre real es Najim Laachraoui, un joven de 25 años que viajó a Siria en febrero del 2013.
La policía le paró en un control en la frontera entre Austria y Hungría el pasado 9 de septiembre, a bordo de un Mercedes. Cuando le pidieron los documentos, enseñó un carnet de identidad belga falso con el nombre de Soufiane Kayal. A su lado iban Salah Abdeslam y Samir Bouzid (otro nombre falso), que en realidad era Mohamed Belkaid, el argelino de 35 años que murió en la operación antiterrorista que las fuerzas de seguridad belgas y francesas lanzaron contra la vivienda del barrio de Forest la semana pasada.
Laachraoui utilizó su identidad falsa para alquilar la casa de Auvelais, donde la policía encontró muestras de su ADN. También aparecieron en la vivienda de Schaarbeek. Estas son dos de las tres casas que los terroristas emplearon en Bélgica los meses previos a cometer los atentados del pasado 13 de noviembre que dejaron 130 muertos.
Hoy por hoy se desconoce su paradero. De la treintena de personas que la policía ha podido relacionar por ahora con la matanza, Laachraoui es uno de los dos hombres que siguen huidos. El otro es Mohamed Abrini, filmado junto a Abdeslam el 11 de noviembre por las cámaras de seguridad de una estación de servicio de la autopista hacia París, a bordo del Clio que dos días más tarde emplearían los terroristas que se inmolaron frente al Stade de France de Saint-Denis. Todos, menos Abdeslam, que al final no hizo es-
tallar su cinturón de explosivos.
Los investigadores todavía tienen que atar varios cabos de los atentados, según reconoció ayer el fiscal federal de Bélgica, Frederic Van Leeuw: “En los últimos días hemos encajado algunas piezas del puzle, pero aún seguimos lejos de resolverlo”.
Otra de las claves del caso radica en saber dónde estuvo Abdeslam durante los cuatro meses que han pasado desde la noche de los atentados hasta el día de su detención. Se sabe que en los meses previos viajó por Alemania, Austria y Hungría, y que del 14 de noviembre al 4 de diciembre estuvo en un piso en el barrio bruselense de Schaarbeek. Pero desde esa fecha, existen lagunas sobre su paradero.
Francia sigue pendiente de su extradición y el fiscal de París, François Molins, recordó que “las familias de las víctimas esperan que venga a explicarse”.