Crece la inversión extranjera
CATALUNYA ha liderado el aumento de la inversión productiva bruta extranjera en España en el 2015, con un espectacular 57,8% más que el año anterior, frente al 9,5% de promedio que registra el conjunto del Estado. Son datos que, fundamentalmente, demuestran confianza en el futuro del país y que encadenan tres años de incrementos consecutivos. En conjunto llegaron a España 22.695 millones de euros, un 22% a Catalunya. El grueso de dicha cantidad, el 46,5%, se quedó en Madrid, por la atracción del efecto sede de los principales centros de decisión empresariales, aunque con un descenso del 1,2% respecto al 2014.
El aumento de las inversiones extranjeras está estrechamente vinculado al elevado ritmo de crecimiento que registra la economía –que actualmente es el mayor de Europa–, al incremento de la competitividad que se ha producido y a la corrección de los principales desequilibrios macroeconómicos. Como ha sucedido históricamente, Catalunya siempre es la primera en liderar las recuperaciones económicas, por su elevado dinamismo empresarial, como demuestran también ahora los datos de inversiones extranjeras del último año.
Es significativo destacar, sin embargo, que no se ha tratado de inversión en creación de nuevas empresas, sino que el 65% de la inversión extranjera corresponde a ampliaciones de capital de las filiales de multinacionales y mejora de su capacidad productiva, mientras que el 35% restante se ha destinado a adquisiciones de empresas ya existentes. Este es un hecho que debe mover a la reflexión sobre la capacidad del país para afrontar nuevas actividades productivas.
La incertidumbre política por el proceso soberanista catalán y por el resultado de las elecciones generales celebradas a finales del año pasado, a la vista de los citados datos, no parece haber afectado a la llegada de la inversión empresarial foránea.
Todo indica, con respecto a Catalunya, que la apuesta de los inversores extranjeros es que el proceso soberanista va para largo y que, en cualquier caso, acabará con algún tipo de acuerdo sin que la sangre llegue al río. En cambio, habrá que esperar a conocer la evolución de las inversiones productivas extranjeras durante el 2016 para comprobar hasta qué punto puede truncarse su citada tendencia de aumento, dado el actual clima de tensiones sobre la formación de un nuevo gobierno del Estado y las nuevas políticas económicas que eventualmente puedan articularse.